Creo que este verano la parada obligatoria para todos aquellos que nos acerquemos a Barcelona será Eyescream, la heladería más chula que he conocido hasta el momento. Todo comienza en Taiwán. Los propietarios tenían la idea de producto, querían un helado raspado, una mezcla entre sorbete y helado, total made in Taiwán, pero a su vez este recogería el secreto del delicioso helado italiano.
El aspecto poco apetecible, feo y con apariencia de truño de este producto taiwandés ha sido el gran reto del estudio barcelonés m+m, compuesto por Merche, arquitecta, y Marion, diseñadora gráfica. Pero cada uno tiene que arreglárselas con sus defectos y hacer de ellos su mayor virtud, una estrategia creativa al rededor de este hecho.
Eyescream se convierte en una experiencia. Para empezar m+m decidió separar los toppings del helado, (en Taiwán se sirve todo junto) y añadir unos ojos de azúcar enormes creando así un carismático monstruito, un personaje entrañable, que te mira a los ojos y se convierte en tu compañero helado.
Acto seguido surgió el nombre, Eyescream que se pronuncia como ice-cream, y el recorrido del local tenía que desarrollarse como un selfservice donde el consumidor pudiera customizar su propio personaje con un packaging sencillo y económico donde encajar los cuencos de helado y dos toppings.
Yo es la primera vez que lo veo, pero os aseguro que me muero de ganas por probarlo, ¿vosotros?