¿Fábrica de chayotes? La basura que no es basura

Por Elijoestarbien @elijobienestar

Gracias a Ana y su blog libre de lácteos, me enteré de Pam Warhurst y su Incredible Edible, un movimiento queriendo ser revolución, que se adueña de espacios públicos mal aprovechados (por no decir abandonados) para convertirlos en huertos públicos y gratuitos.

Dar nada más porque sí.

No hay mucho que decir sin que sea redundante, porque desde cualquier perspectiva, el proyecto es maravilloso y punto.

Se me ocurrió el chayote como una excusa perfecta para ser parte de este movimiento, por tres razones:

1. Reciclar.

2. Es tan ridículamente fácil, que todos pueden hacerlo.

3. En México el precio de un kilo de chayote es para dar risa y si además ya está en estado de “cómeme bajo tu propio riesgo”, todo es ganancia.

1. Fábrica de chayotes.

Resulta que si dejas un chayote fuera del refrigerador le empiezan a salir estas “venas” cafés: ¡buena señal, no lo tires! Dentro de 2 a 3 semanas, sin ningún mimo, cariñito o cuidado saldrá una plantita -aunque un poco de amor, siempre mejora la cosa-.

Una vez que sale la plantita como en la foto, puedes darle 1 semana más de amor y esperar a que se ponga más fuertota o plantarla directamente en la tierra, teniendo cuidado de no tapar la ramita.

Ya.

Lo grandioso de la planta del chayote es que no es nada fresa y requiere relativamente pocos cuidados para crecer -y créanme que crece bastante rápido-.

¡OJO! Es una enredadera un poco voraz, por lo que sería prudente no plantarla junto a tus rosas favoritas del jardín porque es poco probable que se conviertan en mejores amigas. Fuera de eso, el chayote es una planta bastante generosa y te dará tantos chayotes que tendrás que regalarlos -en serio-.

¡OJO 2! Podrán llamarme novata, pero no me fijé que relativamente cerca de donde yo planté dos de mis prometedores chayotes había varios hormigueros. Dos noches bastaron para que las multicitadas los devoraran cual botana en Súper Bowl.  Moraleja: si ven una hormiga, búsquen otro lugar para su chayote. 

Lo mejor es plantarla en una banqueta, camellón o espacio “verde” abandonado, cerca de una barda o algo que pueda utilizar como soporte (es una enredadera). 

Compartir nada más porque sí.