Por tanto, la producción de acero es una de las principales fuentes industriales de emisión de gases de efecto invernadero. La industria ha tenido poco éxito en su búsqueda de métodos para fabricar acero que no impliquen generar CO2.
En lo que constituye un esperanzador avance tecnológico, un nuevo proceso desarrollado por el equipo de Donald Sadoway, profesor de química de los materiales, Antoine Allanore, profesor de metalurgia, ambos del MIT, y Lan Yin (ahora en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign), podría cambiar la situación descrita de emisiones de CO2 en la fabricación de acero.
El nuevo proceso para elaborar acero no libera dióxido de carbono. Sus únicas emisiones son de oxígeno puro.
Además, ofrece un par de beneficios extra: El acero resultante tiende a ser de pureza más alta, y, en el futuro, una vez el proceso se pueda llevar a cabo a gran escala, el acero fabricado es más barato que el elaborado por los métodos convencionales.
El nuevo proceso resulta ideal para fábricas pequeñas: Las siderúrgicas convencionales sólo son rentables si pueden producir millones de toneladas de acero por año. En cambio, el nuevo proceso podría hacer viable comercialmente la producción de unos pocos cientos de miles de toneladas por año.
Información adicional