Facebook ergo sum (Facebook, luego existo)

Publicado el 18 agosto 2014 por Cosmoduende @cosmoduende

Para muchas personas la red social más grande de la web se ha vuelto imprescindible al grado de no concebir su vida sin un perfil en Facebook y visitarlo algunos minutos (horas) al día.

En algunos casos esta necesidad  podría tener  razones biológicas; un disparo de dopamina, neurotrasmisor químico asociado con la motivación y la recompensa es inyectado a nuestro cerebro cada vez que recibimos un like o encontramos aceptación general de nuestras publicaciones.

Sin embargo en otros casos, pasar tiempo en Facebook es simplemente una manifestación de procrastinación, narcisismo, inseguridad u ocio y nos inventamos excusas para no pensar en la “temible” posibilidad de cerrar nuestros perfiles sociales.

Abandonar Facebook (o cualquier otra red social en la que pasemos tiempo de más), aunque sea de forma temporal y volviéndolo una especie de ejercicio personal nos permite descubrir nuevas alternativas para tener el mismo alcance social y de acceso a la información pero al mismo tiempo recobramos métodos y actividades que habíamos olvidado que podíamos llevar a cabo.

¿Puedo existir sin Facebook?

Socializar y compartir experiencias en persona, visitar a nuestros amigos y familiares, expresarles nuestro afecto y aceptación mediante un abrazo y un beso, sacar nuestros viejos álbumes y fotografías, pasarlas de mano en mano mientras recordamos el momento en que fueron tomadas. Es cierto que a veces el tiempo o la distancia nos lo complican, sin embargo también podemos echar mano de infinidad de increíbles herramientas web nuevas o que ya existían mucho antes que Facebook para lograrlo, por supuesto no es el momento de hacerles referencia, no me gustaría simplemente cambiar su adicción por otra.

Acceso a la información. Sea de tipo general, científico o personal; la información se encuentra disponible en infinidad de fuentes mas allá de la empresa de Palo Alto, de hecho Facebook es más bien una vía de transmisión más que una fuente generadora de contenido.  Siempre podemos darnos una vuelta por nuestra biblioteca local, comprar un periódico o revista, hacer una llamada telefónica o realizar una caminata por el barrio para conversar con un vecino.

Via Shutterstock

Aunque si lo tuyo es la agorafobia, te platico que internet va mucho mas allá de los likes, de hecho probablemente lo que conoces de la web esta contenido a penas en el 4% de lo que realmente representa internet, el otro 96% se encuentra catalogado en algo llamado Deep Web, un termino que te aconsejo le eches un vistazo si aun no lo identificas.

Como cualquier actividad que al rayar en el extremo de la obsesión se vuelve nociva, las redes sociales y en general navegar en internet no escapa de producirnos efectos no deseados, sin embargo solo es necesario estar al pendiente de nuestros hábitos y no olvidar que no comenzamos a existir cuando nació Facebook ni desaparecemos cuando cancelamos nuestra cuenta, a final de cuentas la tecnología no debe dejar de ser el medio, una herramienta más de la que las personas echan mano para crear sus genialidades.

Imágenes Pulgar abajo, estudiante sentada contra librero via Shutterstock