LA VIDA EN DIRECTO"Claro que estudiamos con Facebook: puedo colgar un esquema e inmediatamente todos lo ven" (Sonia)Facebook está cambiando las reglas del juego de la comunicación para los adolescentes. Y visto desde la óptica adulta, hay motivos de preocupación, sea por las horas que pasan delante de la pantalla o por el tipo de relaciones que establecen.
ENTRADA A LAS EMOCIONES"Si quiero ser amigo de alguien, comienzo con un "me gusta" en su Facebook. Y acabaremos siéndolo en la realidad" (Berta)Los adolescentes utilizan la famosa red social para iniciar el acercamiento a posibles amistades, para abrir la puerta a personas con las que no tienen tantas oportunidades de relación y para decirse cosas que no se han atrevido a decirse cara a cara. Si se han enfadado, a través de Facebook hacen el primer intento 'le reconciliarse, ahorrándosela posibilidad de un "zasca" (chasco, en lenguaje adolescente) en directo. Llegan al extremo de empezar a salir por este medio... y de cortar también.Parecería, pues, que lo que está consiguiendo Facebook es que los adolescentes compartan sus emociones mucho antes y con mucha más intensidad de lo que fuimos nosotros capaces dehacer. Los jóvenes y adolescentes actuales se sienten tan incómodos como nos sentíamos nosotros haciéndolo cara a cara, pero se encuentran mucho más a gusto si lo hacen de esta manera, y además están desarrollando e integrando el lenguaje necesario para hacerlo. Están creando su lenguaje. Y la prueba son los vínculos de afecto que consiguen. Expresan abiertamente que la interacción vía red social no les resta motivación para verse en persona, sino que sienten aún más ganas. Es cierto que en todo este proceso también entra la crítica, y en ciertas ocasiones, el insulto. Y que existe el riesgo de retroalimentación de esta crítica o insulto. Pero reconocen que son contadas las ocasiones en que ocurre.Facebook les permite, además, desahogarse de los episodios que han vivido en la escuela o en casa (conflictos con los amigos, una bronca de los padres...), ayudándoles a no quedarse dentro todas estas emociones.Siempre se ha recomendado por parte de los especialistas en comunicación no gestionar las emociones vía correo electrónico, por los malentendidos que se pueden generar al no poder captar el tono exacto de lo que se comunica. Este consejo sigue siendo válido para los mensajes que nos cruzamos con los que tenemos interacciones esporádicas o con fines profesionales. Pero parece no ser tan cierto en el caso de las relaciones adolescentes. En sus diálogos vía red social saben perfectamente qué se están diciendo, la intensidad de cada expresión, "se tienen tomada la medida". Y funciona. Quizá porque es un diálogo muy vivo en el que se matiza en directo. Quizá porque el lenguaje les pertenece, han nacido y están completamente metidos en él. No tienen las dificultades de interpretación de los mensajes que los adultos, sin duda, podríamos sufrir.
UNO VIRTUAL Y UNO REAL"Hay gente muy falsa que lo único que quiere es que la vean como amiga de alguien en Facebook" (Paula)Los propios adolescentes reconocen que hay dos Facebook: uno en el que los amigos son realmente amigos, y otro en el que se agregan amigos para tener más contactos que los demás, y en el que se proyecta una personalidad ficticia. El primero sirve para reforzar las relaciones. El segundo, para "que te vean y dejar ver que eres amigo de alguien". La buena noticia es que saben quién es de Facebook ficticio y quién es de Facebook real, y tienen muy claro qué pueden esperar en uno u otro caso. En el que ellos califican como real no aceptan amigos que no estén absolutamente contrastados y sean merecedores de verdad de esa consideración por su parte.
LIMITES CLAROS Y NECESARIOS"No dejamos de hacer nada por engancharnos a Facebook. Lo usamos cuando no tenemosnada mejor que hacer..:" (ÁIeX)Una vez puesta de manifiesto esta bienvenida capacidad de compartir sentimientos a través de las redes sociales por parte de los adolescentes, es conveniente también poner los límites necesarios.Porque una característica evidente de esta etapa de la vida es el hecho de no tener clara la frontera entre lo público y lo privado, las imágenes que pueden o no compartir, las manifestaciones que deberían o no hacer públicas. El límite de pudor en la adolescencia es, en ocasiones, temerario, y debemos ayudarles a no sobrepasarlo.Es evidente que, aunque ellos manifiestan su autocontrol y su determinación a no renunciar a otras actividades por estar colgados del ordenador o el móvil, los límites de tiempo son también imprescindibles. Porque de la misma manera que manifiestan que solo lo utilizan si no tienen algo mejor que hacer, también reconocen que lo usan cuando lo que tienen que hacer como alternativa no les apetece.