Factoring es una palabra común en las empresas de hoy día. Forma parte de las alternativas disponibles que permiten lograr parte los objetivos planteados en la gestión empresarial.
Tomando esto en consideración, la gestión financiera empresarial se fundamenta en estrategias. Saber qué hacer y cuándo hacerlo, y si da resultado, repetirlo aportando nuevos elementos que permitan la innovación; y si no, hacer los ajustes necesarios para alcanzar la meta propuesta.
Por lo que, dentro de toda la estructura financiera, el factoraje puede tornarse en una opción oportuna que sirva como fuente de capitalización o generación de liquidez en una empresa determinada.
En ese sentido, nos interesa tratar el tema del factoring o factoraje en la empresa; y la manera en que se pueda implementar en el negocio, como una alternativa dentro de la gestión empresarial.
El Factoring es una herramienta financiera que permite a las empresas obtener recursos líquidos a partir de la cesión de sus propios activos (cuentas por cobrar)[1]. En otras palabras es "vender" los derechos de cobrar cuentas pendientes de un negocio, o bien hacer líquidos bienes como letras comerciales, certificados, etc a una empresa especializada.
Para ello deben existir dos elementos básicos:
- Bienes (Activos)
- Empresa que compre o tramite el factoring
Es importante resaltar que el segundo elemento puede ser dual, en otras palabras, el factoring puede darse de manera directa (empresa que compre los bienes) o a través de un mercado de factoraje o bien de valores.
En ese sentido, el funcionamiento del factoraje se logra a través de la necesidad de una empresa en hacer líquidos sus bienes y el interés de otra en adquirirlos y obtener beneficios de éste. Estos beneficios vienen a raíz del diferencial entre el monto con se adquieren de la empresa que los vende respecto de cómo se logre comercializar en el mercado.
Habiendo dicho esto, como son documentos los que se transaccionan y tienen un monto listado que no puede ser modificado, significa que la empresa que los vende debe hacerlo con descuento.
Para entender esta última parte vamos a hacer un ejemplo: Si la empresa X quiere liquidar sus cuentas por cobrar y el monto total es de $100 y la empresa Y entiende que puede generar valor al adquirirlos, entonces, el precio de venda en factoring sería de $75 a $80 ¿Por qué? Porque quien adquiere estos bienes asume el riesgo de cobrar estas cuentas pendientes y, como no puede variar el monto del documento, la única manera de generar riqueza es adquiriéndolos a un costo distinto al listado en el documento, de manera que logre generar beneficios.
La diferencia principal radica en el momento en que se utilizan. Por lo general en el factoring se utilizan cuentas frescas y con un nivel de recuperación relativamente alto; mientras que en el caso de los cobros compulsivos son el último recurso al cual se accede cuando una cuenta es incobrable. De hecho, dentro del mercado de factoraje, si por alguna razón no se logran hacer líquidas las facturas pendientes, se invita a quienes participan a auxiliarse de empresas dedicadas a recuperar cuentas incobrables.
Además de que en el cobro compulsivo no necesariamente se están "cediendo" los derechos de esas facturas por cobrar, sino que se está buscando métodos alternativos para recuperar esas cuentas pendientes de colecta.
El factoring representa retos, desafíos y oportunidades que la empresa que se aboque a él debe tomar en consideración antes de tomar la decisión de hacerlo. En ese sentido, vamos a listar las ventajas y desventajas que se presentan con esta alternativa financiera.
Ventajas
- Liquidez: Le permite a la empresa acceder a recursos líquidos que puedan solventar las operaciones del negocio.
- Certidumbre financiera: Al lograr negociar las cuentas por cobrar le da la oportunidad a la empresa a manejar certidumbre dentro del contexto de la disponibilidad de recursos financieros líquidos.
- Gestión de toda la cartera: Entrar en esta dinámica de factoraje hace que la empresa no se enfoque en cómo obtener estos recursos, sino en cómo hacerlos producir. Es decir, le permite prestarle una mayor atención a otros temas de relevancia dentro de la empresa.
Desventajas
- Carecer de una buena cartera: Todo esto se resume a qué tan buena es la cartera que se quiere gestionar. Es decir, el nivel de riesgo que manejará la empresa que va a compra dichas cuentas pendientes. Lo que hace que no todas las empresas estén calificadas o bien si alguna empresa accede a adquirir estos bienes entonces la tasa de descuento no les sea favorable.
- Costos operativos: La gestión de este tipo de instrumentos incluye costos que no necesariamente van acorde a las posibilidades de la empresa que vende.
- Clasificación de las cuentas: El factoraje por lo general asume las cuentas "más cobrables" del listado de clientes; por lo tanto, no siempre se asumirán el total de pendientes.
El factoring es una alternativa viable dentro del contexto de buscar maneras de cómo hacer líquido los bienes disponibles dentro de la empresa. Las cuales deben ser ponderadas en función de las necesidades que se presenten en el negocio. No obstante es necesario conocer las implicaciones del mismo y cómo este puede afectar las estructuras de gestión financiera.
En ese sentido, si esta entrada le ha sido de utilidad le invitamos a comentar y compartir. Sus aportes y opiniones son de gran importancia para esta comunidad y enriquecen el debate. Y al mismo, si le interesa profundizar en el tema, le sugerimos adquirir el libro Factoring de la A a la Z escrito por Ariel Slotnisky haciendo clic en la imagen más abajo.
[1] Definición Factoraje Consultado 06/09/15