Por lo visto ya no hay problemas en deducirlas de los gastos
Como siempre que entro en un tema polémico que afecta a alguna persona en concreto, me gusta hacer matizaciones previas. En este caso se trata del asunto de la infanta por el caso Noos y no quiero que parezca que pretendo su condena, ni que la crea culpable de nada. Sinceramente, ni sé hasta qué punto puede estar implicada en la trama, ni me importa gran cosa. Ella sabrá. Puede ser que haya sido utilizada como pantalla, voluntaria o involuntariamente. Insisto en que ese punto no es el que quiero tratar aquí ahora. El artículo va de facturas falsas y de algunas curiosidades sobre las mismas.
El término de «facturas falsas» se puede aplicar a distintas cosas. La más habitual son las facturas que se realizan con empresas ficticias con el único fin de venderlas a otras empresas para que estas últimas se puedan deducir el IVA. Un IVA que desde luego no ingresan las sociedades ficticias. También son facturas falsas las que emiten —o emitían— muchos autónomos que estaban en módulos y que, como pagaban una cuota fija de IVA facturasen lo que facturasen, no tenían problemas en emitir facturas sobre servicios no realizados con el mismo fin antes descrito: que otras empresas se beneficiaran de una deducción de IVA. En estos casos también podía haber remuneración o no de por medio al autónomo emisor.
Pero facturas falsas pueden ser también las que se presentan a los seguros para cobrar una indemnización y que no corresponden a ningún material ni trabajo suministrado, o las que dos empresas de un mismo grupo se hacen entre sí para compensar beneficios/pérdidas.
En definitiva, el término de facturas falsas se puede usar para cualquier tipo de factura realizada que no corresponda a una venta real, o por unos importes diferentes a los que correspondería.
Hechas todas estas aclaraciones, me ha sorprendido la declaración de los inspectores de Hacienda ante el juez Castro sobre unas facturas falsas:
- El magistrado insinuó que había existido un «un trato diferente» a la infanta, precisamente por el tratamiento que a ciertas facturas falsas se les dio en el informe de Hacienda.
- Los inspectores admitieron en la declaración haber dado por buenas facturas simuladas. Que conste que dijeron «simuladas», pero bueno, ¿qué son las facturas simuladas?, pues ya lo he dicho antes: FACTURAS FALSAS, ni más ni menos. Así que, traduzcamos las palabras de los agentes tributarios y veremos como lo que en verdad dijeron es que dieron por buenas (y deducibles) facturas falsas en el informe que han realizado sobre si existe o no delito fiscal. Esto me recuerda a lo que ya comenté sobre el delito fiscal del P.P. y el criterio que la fiscalía tuvo sobre el mismo.
- El juez preguntó si era normal que un asunto como el de la infanta «tarde tantos meses en resolverse», a lo cual respondieron los técnicos que se encontraba«dentro de los márgenes habituales». En esto de los plazos está claro que hacen lo que les viene en gana, según les interese una cosa u otra.
- El juez también preguntó porqué la investigación tributaria la inició el abogado jefe de Hacienda cuando era atribución de los técnicos de la Delegación de Cataluña. La respuesta fue que el puesto del funcionario a quien le correspondía «estaba vacante», pero no parece una buena excusa porque en ese caso tendrían que haber sido los otros compañeros quienes lo asumieran y no el máximo responsable jurídico.
- Las preguntas del millón que me han hecho escribir este artículo vienen ahora: «¿Ustedes —del magistrado a los técnicos de Hacienda— suelen admitir facturas falsas como deducibles con el resto de contribuyentes?» «¿Si no se hubiera tratado de la infanta Cristina hubieran aceptado como gasto estos tres recibos de 69.900 euros que no responden a servicio alguno?» Respuesta echando balones fuera del campo: «Cada caso es diferente y la deducibilidad de una factura es relativa»
¿Creará esto nuevos criterios en Hacienda y podremos contabilizar facturas falsas a nuestro antojo para deducirnos gastos?
Ahí dejo el tema… creo que no hacen falta más comentarios.