Fake news: historia, impacto y acciones para prevenirlas

Publicado el 08 julio 2020 por Cristianmonroy

En el año 44 A.C. Julio César se nominaba a si mismo como dictador de por vida, un movimiento que iba claramente en contra de la libertad en Roma.

Liderados por Brutus, se formó un grupo de miembros que se hicieron llamar “los liberadores” que conspiraron para el asesinato de Julio César.

Sin embargo, más allá de restablecer el sistema republicano, esta acción desató una pelea entre dos de los más prominentes seguidores del César, Marco Antonio y Octavio.

El primero, su general y confidente; el segundo su autodenominado sucesor.

A partir de ese momento se da pie a una campaña propagandística que favorecía la desinformación.

Octavio afirmaba que Marco Antonio era un simple soldado romano que había perdido el rumbo, además de mujeriego y borracho, incapaz de liderar un pueblo. Además, según esta misma teoría, ya había sido corrompido por su romance con Cleopatra que era ya líder de una tierra extranjera, la idea era que fuera percibido como un traidor.

Octavio sabía que si lograba convencer al pueblo romano que él era virtuoso y respetuoso de las tradiciones mientras que Marco Antonio era bárbaro e intolerante entonces tendría una ventaja política.

¿La historia se parece a algo que hayas visto en tu país? Se trata de uno de los primeros casos conocidos en donde se favorecen las noticias falsas con el fin de cambiar la opinión de las personas con respecto a una persona o situación.

Lo que vino después…

Las noticias falsas son en ocasiones difíciles de demeritar, en especial cuando llegan a satisfacer o confirmar creencias.

En 1584 se da a conocer el libro El descubrimiento de la brujería en donde el autor inglés Reginald Scot exponía como las personas eran engañadas por charlatanes, que hacían uso de falsa información para su labor de convencimiento.

En un apartado se menciona la práctica de insertar agujas en la figura de cera que representa a alguien a quien se desea hacer daño. Scot menciona: “nadie saldría dañado si no hubiera tontos que lo creyeran“.

En 1835 el periódico The Sun es pionero en noticias amarillistas, después de todo el sensacionalismo vende.

La publicación afirmaba que se contaba con un telescopio de vastas dimensiones que permitía ver la Luna, lo que lo llevó a subir el número de ejemplares vendidos de 8,000 a 19,000 copias.

En retrospectiva parece que hay cosas que no han cambiado ni lo harán.

La tecnología como catalizador

La tecnología ha revolucionado la manera y la velocidad con la que se comparte la información.

La evolución puede verse representada en el Prisma de la Conversación creado por Brian Solis en 2008 y mostrándose cada vez más compleja:

La lucha por la atención de las personas es cada vez mayor.

Esto hace que técnicas como el clickbaiting, que se aprovechan de la curiosidad del usuario hayan cobrado relevancia. Es una técnica con miras al corto plazo, quién la utiliza no construye reputación pero logra atraer usuarios para determinados fines.

Los sitios de fact-checking también han cobrado relevancia aunque en mucho menor medida. Esto es porqué en el día a día a las personas nos gusta compartir lo que parece relevante, interesante, curioso o entretenido, pero pocas veces nos damos a la tarea de verificar lo que realmente se comparte.

Esto a dado pie a la proliferación de ultracrepidarianos, definidos como personas sin conocimiento real sobre un tema o asunto aunque aún así expresan su opinión al respecto. Nadie se quiere quedar atrás cuando de opinar sobre un tema se trata.

Un deseo continuo de consumo de información reconocido como síndrome F.O.M.O. (fear of missing out).

El término fake news fue nombrado palabra del año 2017 por el Diccionario Collins aunque tiene una larga historia que lo precede. Se trata de un concepto de uso común, del dominio público aunque haya quién diga que le pertenece.

¿Se pueden prevenir las fake news?

Podemos dividir la respuesta en dos partes.

La creación de fake news no se puede prevenir, ya que no depende de ti, ni de mi, ni de una persona o grupo en particular.

Lo que si se puede prevenir es su diseminación, impedir que información no verificada o sin fundamento llegue a más personas.

Tres pasos básicos para detener la viralización de fake news incluyen:

1. Analiza lo que compartes. Tómate unos momentos para leer algo más allá del titular.

2. Sé crítico. ¿La información te parece coherente? ¿Has escuchado o leído algo similar que haya sido comprobado?

3. Verifica las fuentes. Existen maneras de evaluar la información en internet, como siguiente paso contrasta la información con otros sitios.

Pocas personas lo notan a ese nivel pero cuando compartes cierta información, tu reputación va de por medio.

Después de todo un profesional que envía cadenas de correo o de mensajería con información dudosa no parece mucho de fiar ¿no lo crees?

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