Con más de 10 años de tocar melodías conocidas en dicho sitio, a veces en compañía de otros músicos, Gerardo Matamoros buscaba día a día ganarse la vida.
Siempre con una personalidad amable, era bien conocido por los locatarios del centro y hasta de los visitantes, pues no había semana en la que Gerardo no se instalaba con su teclado Yamaha para interpretar con destreza diversas melodías.
En una entrevista que Gerardo que dio para el medio de comunicación AM en el 2017, declaró que su intención era buscar siempre una mejor oportunidad de trabajo para mejorar su calidad de vida, pero debido a su discapacidad visual era complicado por lo que él y otros compañeros no les quedaba nada más que cada tarde tocar en el pasaje Zaragoza .