Tristemente, hoy le decimos adiós a Michael Clarke Duncan, como decía Stephen Fry en Twitter “un verdadero gigante bueno“, y uno de los actores con más presencia y carisma de los últimos tiempos. Ha fallecido en Los Ángeles, en el centro hospitalario Cedars-Sinai, donde se estaba recuperando de un infarto sufrído a principios del verano, a los 54 años de edad.
Duncan nació en Chicago, Illinois en 1957 y creció junto a su madre y su hermana después de que su padre los abandonara. Aunque siempre estuvo interesado en la actuación, la enfermedad de su madre le obligó a abandonar sus estudios y ganarse la vida de diversas maneras. Gracias a su espectacular físico – 1’96 m de estatura y 145 Kg. – no tuvo problemas para trabajar en la construcción o en la seguridad privada.
Se trasladó a Los Ángeles donde continuó trabajando en seguridad, y acabó siendo guardaespaldas de numerosas estrellas desde Will Smith hasta el rapero Notorious B.I.G. al mismo tiempo que intentaba buscarse la vida como actor apareciendo en anuncios y series de televisión. Su gran oportunidad llegó a finales de los 90, cuando fue fichado para formar parte del reparto de uno de los blockbusters de 1998, Armageddon, con Bruce Willis, Ben Affleck y Liv Tyler. La amistad que entabló con el primero fue fundamental para que un año más tarde participara en el drama La milla verde, de la mano del director Frank Darabont.
Su papel en La milla verde le valió sendas nominaciones a los Globos de Oro y los Oscars. Desafortunadamente su carrera no fue tan fructífera como se esperaba, pero aún así tuvo papeles importantes en grandes producciones como El planeta de los simios de Tim Burton, Daredevil, El rey Escorpión, La Isla o Sin City.
Otra faceta bastante importante de su carrera fue la de actor de doblaje de animación. Prestó su voz a numerosas películas de animación, entre ellas Kung Fu Panda, y videojuegos como God of War II.