Seguro que la mayoría de los lectores (no es tan difícil, en realidad: se cuentan por decenas) conoce a ese trío de escoceses que responde al nombre de Chvrches. El caso es que esta banda es un ejemplo clarísimo de grupo que desata pasiones allá por donde va, y a mi me deja con cara de poker. ¿Qué me estoy perdiendo? Porque lo que es evidente es que algo se me escapa: la opinión de tanta gente (algunas de ellas,además, personas cuya sabiduría en esto de la cuestión musical tengo en muy alta consideración) parece apuntar a que, por algún extraño motivo, soy completamente impermeable a las emociones emplatadas por Lauren Mayberry y sus secuaces. En 2013 no supe encontrarle la gracia al celebradísimo “The Bones of What You Believe“, y mucho me temo que este “Every Open Eye” de 2015 lleva el mismo camino. No es que estén mal, que no lo están, es que no soy capaz de entender qué es lo que tienen Chvrches, que donde yo sólo veo a un grupo hypeadísimo que nos ofrece algo mil veces visto (y lo dice uno que no tiene el menor rubor en reconocerse como un voraz consumidor de synth-pop), otros ven la consagración de la primavera.
En fin, batallitas del Sr. Helvetica: todo esto viene al caso de esta canción que protagoniza la entrada de hoy, justamente lo contrario de lo que ocurre con los omnipresentes Chvrches. En mi vida había oido hablar de este grupo llamado RAC (en realidad, parece que tras el abandono de algunos antiguos componentes, ahora se trata del proyecto musical de un tipo llamado André Allen Anjos afincado en Portland), pero desde hace tres días prácticamente no puedo escuchar otra cosa que no sea esta maravilla titulada “Falling Hard“, una pista que me ofrece justamente la clase de excitación nostálgica que soy incapaz de sentir con (a más de uno le va a hervir la sangre al leer esto) la archifamosa “The Mother We Share“.
Me he puesto a investigar, claro: parece que en 2014 vio la luz en formato físico (aunque algunas de las canciones lleván más de tres años colgadas en su cuenta de soundcloud) un disco llamado “Strangers“, el debut más o menos propio si consideramos que los primeros lanzamientos, autopublicados, eran más bien la recopilación de las clásicas remezclas de artista primerizo. Y oye, sólo viendo los créditos, queda claro que RAC (un acrónimo de Remix Artists Collective) no es precisamente un pelao: en ese disco colaboraban entre otros Tegan & Sara, Alex Ebert (Edward Sharpe), Peter de los suecos Peter, Bjorn & John, o YACHT. No es lo de Emile Haynie, pero oye, no está nada mal para un recién llegado. También estaba Kele Okereke, el vocalista de los antaño respetados Bloc Party, cuya aportación en “Let Go” ya dejaba entrever el interés de RAC por incorporar aportaciones vocales de peso a estructuras marcadamente sintéticas; sin llegar desde luego a los extremos híper-plásticos de Sophie y los pitufos de PC Music, pero tratando de acercar el sonido del indie más convencional al de los bleeps y plops de las maquinitas.
“Falling Hard” muestra un punto de evolución interesante en la medida en que se afila aún más el peso de la electrónica (retro), y en cambio pierde peso el ingrediente más convencional. El característico sonido de los 8 bits (nostálgicos de las game-boy y demás cacharrerío de Nintendo: esto es para vosotros) encuentra perfecto acomodo en la interpretación de una Madi Diaz. más que convincente en las estrofas, y sencillamente glo-rio-sa al franquear las cascadas digitales del estribillo. Esto es lo que dice el propio André al respecto:
“Crecí en la era de Nintendo. Todas esas musiquitas acababan infilitrándose en mis composiciones, y había llegado un momento en que no me veía capaz de evitarlo. Es un guiño a esa época, y no sólo en lo melódico, sino también en lo que respecta a la textura”.
Pues ya puede estar contento, porque le ha quedado fetén. Y además no llega a los tres minutos, dejando tras de sí esa fabulosa sensación de que la canción ha terminado demasiado pronto, tú ni siquiera has empezado a sentirte saciado, y no te queda otra que volver a chutarte con una nueva dosis.