Falsación: de criterio de demarcación a idea zombi

Por Daniel_galarza

Publicado originalmente en Historia y Filosofía de la Pseudociencia. Michael D. Gordin, probablemente el historiador de la pseudociencia más importante, ofrece un repaso sobre cómo se formuló el problema de demarcación y se ofreció una solución a éste que persiste en la mente de muchas personas, aún cuando tal solución quedó en desuso desde hace décadas en filosofía de la ciencia. Me refiero al criterio de falsación de Karl Popper.Este artículo adaptado de una parte del libro On the Fringe. Where Science Meets Pseudosciences (2021), de Gordin, explica el origen del interés de Popper en la filosofía de la ciencia (siendo al principio un joven doctor en psicología formado en psicoanálisis adleriano), y el objetivo que buscaba a la hora de establecer la falsación como criterio de demarcación: demostrar que el psicoanálisis (su carrera que abandonó) y el marxismo no contaban como teorías científicas, y existía una línea divisoria que las diferenciaba de, por ejemplo, la teoría especial de la relatividad. Fascinado en un primer momento con el empirismo lógico del Círculo de Viena, Popper demostraría que prácticamente cualquier teoría podía encontrarse con verificaciones a sus postulados. Pero su propuesta termina pecando por el mismo defecto, ya que es perfectamente concebible (y de hecho es bastante fácil encontrar) una pseudociencia que establezca enunciados falsables capaces de refutarla. De hecho, muchas pseudociencias ya han sido completamente refutadas, y siguen siendo pseudociencias.
Gordin se pregunta, entonces:
Por reconfortante que sea para el criterio de demarcación limpia de Popper resolver la cuestión de separar la ciencia y la pseudociencia, tanto el análisis lógico como una mirada sociológica a cómo los científicos y los laicos realmente demarcan demuestran que no funciona. Esto plantea otra pregunta: ¿Por qué sigue siendo tan popular?
Este historiador ubica la popularidad de la falsación en los combates legales contra el creacionismo científico, en los 80's, en donde el criterio popperiano ganó fama, siendo incluso declarado como "un estándar para determinar si una doctrina es ciencia, y que el creacionismo científico no la cumplía." Esto a pesar que son precisamente los creacionistas los primeros en utilizar la falsación para hablar de la evolución como teoría pseudocientífica.
Gordin señala la conocida dificultad epistemológica de establecer un criterio general de demarcación, e incluso apuesta por una demarcación local, es decir, "caracterizaciones que abarcan agrupaciones de doctrinas marginales sin pretender proporcionar una solución definitiva al problema de la demarcación." Para tales propósitos, Gordin propone clasificar a las pseudociencias en al menos cuatro "familias":
  1. Ciencias vestigiales. Son aquella disciplinas <<basadas en ciencia pasada "legítima" que ahora está desactualizada>>. La astrología sería un ejemplo (yo añadiría, tal vez, a la alquimia y la frenología).
  2. Ciencias hiperpolitizadas o aquellas unidas a programas ideológicos, como el lisenkismo.
  3. Ciencias contra-establishment que replican la estructura sociológica de la ciencia convencional. El creacionismo sería un ejemplo clásico.
  4. Teorías que han postulado poderes mentales extraordinarios, como es la investigación parapsicológica y el espiritismo.

Esta propuesta está lejos de ser definitiva (y se nota):
Estas categorías a menudo se superponen; puede encajar una doctrina en particular, como el mesmerismo, en más de una familia. Estas cuatro categorías también están seguramente lejos de ser exhaustivas; la franja refleja la heterogeneidad de la ciencia misma. Aún así, reflexionar sobre la diversidad de doctrinas marginales puede proporcionar herramientas para comprender cómo funciona la ciencia convencional y ofrecer recursos para pensar en la inevitable, aunque imperfecta, tarea de demarcación.
El artículo me pareció especialmente interesante al tratar dos asuntos de los que he comentado antes en redes sociales, cuyas respuestas no dejan de asombrarme: 1) la notable resistencia, sobre todo entre quienes se declaran amantes de la ciencia, a catalogar el falsacionismo como una propuesta obsoleta y poco útil para establecer diferencias importantes entre la ciencia y la pseudociencia. Existen muchos científicos que siguen creyendo que la falsación es lo mismo que describir el método científico, y cuando se les debate que en filosofía de la ciencia, la demarcación quedó obsoleta hace mucho, suelen replicar con pésimos argumentos (sino con falacias y ataques personales), por lo que sostengo que el falsacionismo se ha convertido en una idea zombi; y 2) lo increíblemente rico que sigue siendo el problema de demarcación para ofrecer líneas de investigación histórico-filosóficas nuevas que incentivan al análisis crítico y el debate racional (como la que aquí hace Gordin).

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"The Quest to Tell Science from Pseudoscience"