Por lo tanto, cuando alguien ponga su piso a la venta, que no se cree ilusiones con falsas esperanzas de que los rusos se lo van a comprar, sino más bien, intentarán aprovecharse para conseguir su piso por un precio irrisorio, y lo único que conseguirá será visitas molestas que no le solucionarán nada, a menos que prefiera dejarles el piso casi "regalado".
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