Falsificar la salud, un negocio mortal

Publicado el 07 mayo 2020 por Asfixiando El Contrabando @StopContrabando

Los productos farmacéuticos falsificados que se comercializan en todo el mundo generan un negocio de 4.400 millones de euros. Los datos de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea no dejan lugar a la duda. La falsificación de medicamentos es un problema que va creciendo y que cobra especial importancia en estos momentos de pandemia sanitaria. Son una seria amenaza directa para la salud y, en algunas ocasiones, hasta para la vida.

Con la aparición y espectacular expansión del coronavirus por todo el planeta, los cuerpos de seguridad han detectado un grave problema añadido a la pandemia: la proliferación de medicamentos falsos que inundan internet y que prometen mejoras frente a la enfermedad. Se ha pasado de buscar desesperadamente mascarillas a buscar medicamentos antivirales como Arbidol, Faviparir e hidroxicloroquina. Son algunos ejemplos de productos estrellas en ese mercado virtual que ha comenzado desde la llegada de un virus, que ya ha provocado más de tres millones de contagiados y miles de muertos en todo el mundo.

La pandemia del COVID-19 ha servido para sacar a flote un problema que según los expertos, tanto policiales como médicos, no han hecho más que destapar una mínima parte de una industria floreciente de falsificación de medicamentos que plantea una amenaza cada vez más seria para la salud pública en todo el mundo. Y es que la adulteración y fabricación fraudulenta de medicamentos es un problema histórico, que ahora se ha agravado enormemente por la manufactura y comercialización moderna.

El comercio de fármacos falsificados abarca desde las sustancias relacionadas con el deporte y el estilo de vida hasta antibióticos, analgésicos y medicamentos relacionados con la malaria, la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiacas. Todo este mercadeo supone un negocio que mueve 4.400 millones de euros, según los datos de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea.

Como se puede comprobar, este comercio ilícito también abarca a los medicamentos que salvan vidas. Por esa razón, la Organización Mundial de la Salud colabora, desde hace unos años, con la Interpol para detectar y detener a las redes delictivas que se dedican a este comercio que juega con la vida de muchas personas y que genera miles de millones de euros de negocio.

Medicamentos falsos: un riesgo real para la salud

Estos medicamentos falsificados pueden contener principios activos en dosis incorrectas o menor dosis de las autorizadas e incluso incluir elementos tóxicos, lo que supone un gravísimo riesgo para la salud de las personas y de los enfermos. Y cada día aparecen nuevos datos sobre la afectación real de este tipo de prácticas.

Según un estudio publicado por The American Journal Tropical Medicine and Hygiene, los medicamentos falsos provocan la muerte de 250.000 niños al año y en el África Subsahariana producen más de 115.000 muertes al año. Además de muerte, este tráfico de medicamentos falsificados provoca importantes costes y gastos económicos al sistema público de salud de todos los gobiernos del mundo.

Igualmente, los expertos señalan que los países en vías de desarrollo son también un blanco ideal para estos delincuentes, ya que en estos lugares los precios de los fármacos genuinos pueden resultar inasequibles para la mayoría de la población, aspecto que se junta con la debilidad de los controles existentes en esos países para detener este tipo de delitos contra la salud pública.

Coronavirus, un problema mundial para hacer negocio

Como hemos comprobado, la pandemia del COVID-19 está sirviendo a los delincuentes de la salud para incrementar el negocio de la falsificación de medicamentos. Un estudio muy reciente de la empresa española Smart Protection ha concluido que la venta de productos sanitarios falsificados en internet se ha disparado, sobre todo, en marketplaces.

La investigación señala que el 58% de la oferta ilegal de medicamentos y mascarillas relacionadas con la pandemia se encontraba en redes sociales, mientras que el 38% está en las plataformas de comercio electrónico. Y es que los delincuentes no descuidan los detalles y copian con perfección el envoltorio, la imagen comercial, los folletos informativos, los números de lote, fecha de caducidad, así como la forma y los colores del medicamento original.

Según un estudio, realizado por el Center for Medicine, las ventas de medicamentos falsificados en Estados Unidos en cinco años se han incrementado en un 90%. Y es que la variedad de productos y la ayuda de Internet han permitido que las ventas se disparen en todo el mundo.

Los principales fabricantes de estos productos ilícitos son India y China, mientras que los principales puntos geográficos donde se produce el tráfico de envío son Singapur y Hong Kong. Este mercadeo se favorece gracias al envío de pequeños paquetes postales o por mensajería que son más difíciles de detectar para los agentes de aduanas.

De hecho, entre 2014 y 1016, el 96% de todas las incautaciones aduaneras de productos farmacéuticos falsificados se correspondían a entregas por correo postal o mensajería urgente. Los países que se han visto más afectados por este mercado de productos médicos falsificados son Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Austria, Suiza y Alemania.

En España, la falsificación de medicamentos es un problema pero permanece limitado a la utilización de Internet. Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) y la patronal Farnaindustria, el sistema de verificación de control de nuestro país es excelente. Esto implica que los envases incluyan dos dispositivos de seguridad añadidos para su control, lo que hace muy complicado a los falsificadores incluir medicamentos falsificados en la red de distribución de farmacias nacionales.

Otro cantar es ese campo sin vallas que es Internet. La Aemps reconoce que fuera de las farmacias sí se detectan medicamentos falsificados, así como productos adulterados con principios activos no declarados en su comisión. De hecho, la agencia señala directamente a internet para jugar ese papel importante para facilitar el acceso a este tipo de productos ilícitos, gracias al trabajo de webs ilegales en todo el mundo, y en nuestro país igualmente.


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