Aunque en realidad este ejecutivo no tiene mucha responsabilidad, no más que el resto de gobiernos con los que ha contado este País. El caso es que este tema de la abdicación ya se recoge en la Constitución de 1978 y en su artículo 57, apartado 5, dice que “las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una ley orgánica”. Es decir, hemos tenido desde la aprobación de la Constitución para aprobar una ley orgánica que regulara lo que ahora estamos viviendo, la abdicación del Rey. Una ley que, en mi opinión, debería haber sido muy sencilla y que se podría haber limitado a decir que cuando el Rey comunique su abdicación al presidente del Gobierno, esta se plasmará en un real decreto y que, el mismo día de su entrada en vigor, el Príncipe de Asturias será proclamado Rey.
Si esto hubiera sido así, si se hubiera redactado una ley de abdicación, ahora las Cortes no tendrían que aprobar la renuncia del monarca, porque este es un acto personalísimo, que no debería requerir de autorización, ¿qué pasaría si esta ley orgánica no es aprobada?, ¿el Rey no podría abdicar? Lo siento mucho, pero el proceso en sí me está pareciendo una chapuza, aunque es lo que hay y poco más se puede hacer.
Y lo mismo ocurre con la sucesión a la Corona, porque el mencionado artículo 57, en su primer apartado dice que en el mismo grado el varón será preferido a la mujer. Y ahora resulta que la Infanta Leonor, con toda la lógica, como primogénita que es, será reconocida como Princesa de Asturias, cuando su padre sea coronado Rey; y yo me pregunto, ¿qué pasaría si tiene un hermano varón?, porque con la actual redacción legal este sería el heredero legítimo. ¿A qué esperan para cambiarlo?
Pues tengan por seguro que no se cambiará, porque prevalecen otros intereses, por ejemplo el cortoplacismo de nuestros políticos, que no piensan más allá de las próximas elecciones y en sus intereses partidistas. Si existiera un proyecto de país serio estos temas llevarían años solucionados, pero no, aquí preferimos la improvisación, por eso falta un proyecto de País.