En otras palabras, si aparte de comer mucho, en tu familia hay historial de diabetes, vas a engordar más que el resto de individuos que también comemos mucho pero no tenemos diabéticos en la familia.
Tras comer un extra de 1.250 calorías diarias, las personas con historial diabético aumentaron de media 3,4 kilogramos, frente a los 2,2 kilogramos engordados por el grupo sin predisposición genética.