Otros dirán que estos “putos moros” son todos iguales y están asalvajados con sus costumbres tribales propias del Medievo; que permite practicar la ablación, tapar con el burka el cuerpo entero de sus mujeres e hijas, tener más de una esposa si lo desean, lapidar a las mujeres que cometan adulterio o simplemente condenarlas al ostracismo al depender por entero de las decisiones del hombre… y además lo harán mientras se toman el 3er Whisky Dyc y babean por la mulata post-adolescente de 18 años, en el puticlub Km 25 de la carretera Fuengirola. Y algunos adivinaran similitudes con la “Guerra Santa” de siglos pasados; aquella que la religión cristiana protagonizo contra los musulmanes con la aparición de las Cruzadas (s. XIII) auspiciadas por los Papas para la reconquista de Tierra Santa. La que llevo a la expulsión de musulmanes y moriscos (musulmanes conversos) de la península, tras la reconquista de Granada en manos de los Reyes Católicos. O aquella Santa Inquisición de Torquemada, que obligaba a renegar de su fe a moros y judíos si no querían ser quemados en la hoguera de la Divina Providencia.Pero todo esto da igual… da igual que tengamos una visión más comprensiva o más radical frente al islamismo religioso. Da lo mismo que generalicemos y veamos a todos los musulmanes como yihadistas en potencia o los veamos como dignos descendientes del caballeroso Sultán de Egipto y Siria, el todopoderoso Saladino. Porque ellos, los fanáticos religiosos, no distinguen en ver quienes les comprenden o no. Quienes en occidente sufren de islamofobia o quienes respetan sus creencias religiosas aunque no las comparta… a estos asesinos terroristas dirigidos por Califas de medio pelo o Imanes 2.0 a través de Internet, todo lo que sea pensar les confunde y les incomoda. Ellos son simples ejecutores y los infieles su objetivo.
Oscar Ara