Fandiño y Cuadri

Por Antoniodiaz
Carlos Ilián, Marca
Por fin, ¡por fin una corrida a tono con Madrid!. Y tenía que ser Cuadri quien viniera a poner órden y a devolver la seriedad a la primera plaza del mundo después del atropello de veterinarios y autoridad que han permitido el desmán de traer a sta primera plaza del mundo una letanía de moruchadas de infame presentación.
Y junto a Cuadri un torero de los píes a la cabeza llamado Iván Fandiño quien ha dado una lección del toreo eterno, sin trampa no cartón, sin mentirosas posturitas ni ventajas a la hora de ligarlos muletazos. Fandiño y Cuadri han dado una tarde final de San Isidro que, de alguna manera, nos quita ese amargo sabor del último tramo de esta feria. Se juntaron la casta, a veces indomable y desbordante, de los toros y el valor, la torería y el temple personal de un torero vasco que pide a gritos un sitio entre los elegidos.
Viendo ayer como tragaba Fandiño en las arrancadas de su primer toro, hasta que consigue meterlo en el engaño por el pitón izquierdo, en unos naturales cuajados, profundos y ligados, le vuelve a uno la imagen del toreo que entendemos, el que aprendimos a ver de los maestros de otro tiempo. Una faena maciza, de torero. Casi nada. Y ante el gran quinto toro, de nombre Podador, se fajó con el capote y tuvo las gallardía de dejar ver el toro de largo, con todo lo que ello conlleva de desventaja para el torero, que cede el protagonismo a su enemigo. Una faena con altibajos pero m uy sincera, muy nde verdad y que remató de un espadazo trasero pero arriba. una oreja de ley. La tercera de Fandiño este año en Madrid.
Por supuesto que la durísima corrida de Cuadri no era digerible para toreros que no acumulen técnica y experiencia. el caso de alberto Aguilar lo confirma. el muchacho anduvo a la deriva su primero y quiso `pero no pudo sacar nada en limpio del sexto que desarrolló mucho sentido. En el caso de El Fundi, un legionario del toreo curtido en mil batallas frente a las corridas más duras, hay que comprender con respeto a una trayectoria ejemplar, que se llega a un momento en la vida dond ya no responden a la vez el ánimo y las fuerzas memntales y físicas. Salió paso como pudo ante una mole que salió en primer lugar y no se decidió a tragar las embestidas por el pitón izquerdo del cuarto. La gente guardó sendos y respetuosos silencios