Jinnah, a diferencia de Ataturk, murió demasiado pronto, cuando apenas llevaba un año en el gobierno y no llegó a ver consolidada su obra, que ha acabado convertida en un Estado que va camino de ser, como dice Kaplan, una Yugoslavia nuclearizada y cada vez más islamizado, frente a los casi veinte años de mandato del turco en un su recién nacido país.
Dos personajes fascinantes...
PS: "Jinnah era un complejo hombre de la India, un intelectual entre Londres y Bombay, hijo de un mercader de Guyarat y una parsi de Karachi. [...] Jinnah era producto de un entorno cultural sofisticado, el de la Gran India, y en consecuencia era laicista por naturaleza" (página 124 de la edición de El Hombre del Tres)