La fatshedera es una unión entre parientes, la hiedra y la aralia de interior. Este cruce ha heredado un poco, solo un poco, la inclinación a trepar. La planta nueva tiene el tronco de color óxido y piloso. Las hojas son vivaces y recuerdan a las de la aralia de interiores, aunque más duras, pequeñas y velludas. Si se decide a florecer (pocas veces), es al final de verano, con unas flores redondas en redondos racimos.
Es una planta que no quiere sol, pero sí claridad y un sitio fresco, ya sean sus hojas verde claro o coloreadas. En verano se las puede plantar en lugares sombreados del jardín. Si están plantadas en una maceta podemos sacarlas al balcón al resguardo del viento, porque es una planta a la que le sienta muy bien el aire libre.
La tierra de su tiesto, una mezcla de turba compuesta por estiércol ya hecho, debe regarse y abonar con moderación. Conviene lavar cuidadosamente las hojas de la Fatshedera una vez a la semana. En invierno requieren una temperatura de interior de 10º a 12º. Entonces pide solo un poco de agua y no necesita abono de noviembre a marzo.
Es una planta que se reproduce por esqueje. Además de la cabeza podemos utilizar también trozos de tallo que tengan una hoja. Los esquejes de cabeza se utilizan a uno por maceta; si son de tallo, se colocan de tres en tres.
Para su reproducción utilizamos tierra vegetal mezclada con arena y turba en tiestos pequeños, que cubrimos de un capuchón de plástico para concentrar la humedad. A una temperatura moderada, más o menos de 18º y, sobre todo, nunca al sol.