Nadie notable propuso en Europa perseguir las ideas contrarias al islam después de que un noruego asesinara a 76 ciudadanos, mayoritariamente socialdemócratas, como loca protesta contra la ideología gubernamental que, según afirmó, protege a los militantes extremistas de esa religión.
Al contrario, un influyente centro de pensamiento cercano al presidente Barack Obama acaba de reclamar que los medios informativos censuren voluntariamente a los estudiosos del islamismo que denuncian esa creencia como violenta porque “provocan la islamofobia que movió al asesino noruego”.
Algo parecido a una fatwa que plantea soslayar la Primera Enmienda constitucional de EE.UU., que consagra la absoluta libertad de prensa.
Con fraternales relaciones con el PSOE, el CAP, Center for American Progress (thinkprogress.org), es un “think tank” fundado por John Podesta, exjefe de la oficina del presidente Bill Clinton, cuyos análisis dan cobertura ideológica al proyecto Obama.
El CAP oculta a sus críticos cuáles son sus elevadas fuentes de financiación. Los “think tank” conservadores sospechan que podrían proceder de países petroleros y misioneros del islam wahabita y salafista, como Arabia Saudita.
El CAP acaba de publicar un informe de 130 páginas sobre la islamofobia reclamando la censura para los académicos y periodistas amenazados de muerte por los islamistas, como Frank Gaffney, David Yerushalmi, Daniel Pipes, Robert Spencer, Steve Emerson, David Horowitz y Pamela Geller, entre otros.
Los análisis de Pamela Geller inspiraron algunas ideas sobre el islam en los escritos de Anders Behring Breivik, el paranoico noruego autor de las masacres de julio.
Esta debe ser la primera vez que una organización cercana al Presidente estadounidense pide que se censure a los contendientes ideológicos.
La suma de amenaza a la vida y de censura ideológica es un peligro gravísimo.
Si esta fatwa prohibicionista prospera pronto se multiplicará entre nosotros. En España hay mucha gente importante que tiene ganas de dar un empujón para que ocurra.
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SALAS.
Al margen de temas como el de la crónica, que afectan a las libertades públicas, acaba de publicarse la lista del desempleo, que volvió a subir en agosto. Hace tiempo, cuando estaba en el 18 por ciento, el dibujante ya supo lo que se nos venía encima.
Otra de sus profecías. Podría cumplirse, una vez que se ha llegado a los cinco millones. La realidad imita al humor.
Entre tanto, los sindicalistas preparan sus huelgas en los hoteles de lujo de Madeira, como antes iban de cruceros por el Báltico. Siempre con la santa esposa, que conste, no en solitario como aparece Toxo aquí.
Por cierto, el toxo un arbusto que da una madera excelente para las necesidades de Marx.