La representación de la avifauna en el ecosistema mediterráneo es muy notable. Algunas especies permanecen perennes durante todo el año, otras vienen a reproducirse y una tercera clase son las que vienen en el invierno y lo utilizan a modo de cuarteles invernales para comer y nutrirse con los variados frutos que este ecosistema les proporciona, tales como bellotas, madroños, bayas y frutillos de diferentes especies arbustivas. Habitan en cualquier lugar, ya sea bajo las tejas de nuestras casas, en los recovecos y agujeros de monumentos históricos, pasando por los jardines y parques, prados, dehesas y llegando hasta lo más denso y oscuro montarral del bosque mediterráneo.
Podemos desgranar esta avifauna mediterránea en 4 grandes grupos : la más abundante y variopinta, por supuesto, son las aves de pequeño porte o, simplemente, pájaros y pajarillos. En un segundo grupo podríamos agrupar a Palomas, Tórtolas, Patos y aves de similar tamaño. En un tercer grupo todas las zancudas como son las Cigüeñas, Garzas, etc. Y finalmente el grupo a mi parecer es el más interesante : las Rapaces, tanto diurnas como nocturnas.Pero lo que realmente da vida y alegría al bosque eso son los miles de pájaros que entre las ramas de los árboles entonan maravillosos y variados cantos. Ciertamente, estos sonidos se hacen más patentes en primavera, ya que muchos de los pájaros que habitan durante los meses de primavera y verano emigran en invierno a otras latitudes (sobre todo a África) en busca de tiempo más favorable y comida. La mayoría de todos los pájaros y pequeñas aves se agrupan en una familia, la de los Paseriformes, aunque hay aves como son la Abubilla, el Chotacabras Pardo o el Abejaruco que pertenecen a otras familias. Dentro de los paseriformes podemos encontrar una variedad morfológica y cromática casi infinita que va desde el pintado y bonito jilguerillo hasta las ruidosas y negras grajas y chovas que con sus monótonos graznidos inundan plazas y plazuelas siendo lugar de anidación habitual las iglesias y los monumentos. La abundancia de la paseriformes es tal que conviven en un mismo ecosistema y nicho ecológico más de 300 especies de aves, y por lo tanto, las que más y mejor representación tienen en el monte mediterráneo.Entre las ramas de encinas, alcornoques, madroños y acebuches, o bien, entre el matorral arbustivo podemos observar Jilgueros, Verdecillos, varias especies de Currucas, Mirlos, Tarabillas, Verderones, Oropéndolas, Herrerillos y Carboneros, estos dos últimos fabulosos trepadores invertidos, que buscan cabeza abajo y entre la corteza pequeños bichitos para llevarse al pico. Más aficionados a andar sobre la superficie terrestre son las Totovías, Cogujadas o Cogutas y las Lavanderas Blancas y Boyeras, cuya característica en común de todas ellas es poseer unas patas y dedos adaptados a caminar y llegando a poseer todas ellas una rápida carrera. También existen una serie de especies que se desenvuelven muy bien entre el matorral arbustivo del monte como son los Petirrojos, numerosas especies de “pájaros jaraleros” y varias especies de Zarzeros que como su nombre indica regentan zarzas y zarzamoras. Otras aves del monte mediterráneo son los los Zorzales comunes y los Estorninos que bien entrado el otoño y durante el invierno nos visitan para alimentarse sobre todo del fruto del olivo, la aceituna, aunque no dejan de llevarse al pico otros como las bellotas, cerezas y madroños. Habitantes de los tejados y en general de todo el casco son las Golondrinas, Vencejos, Aviones y los gorriones con sus dos especies : el Gorrión Molinero, con un negro antifaz sobre su cabeza y el Gorrión Común más pequeño que el anterior, ambos se caracterizan por ser bastante ruidosos durante la reproducción y durante el invierno cuando se juntan para dormir en las llamadas “adormideras”. También son fácilmente reconocibles en el campo otras aves como son Alcaudones comunes y reales, Ruiseñores, Urracas, Gragillas y Arrendajos, pero quizás sea el Rabilargo el ave de pequeño porte que más se identifica y define el monte mediterráneo, su colorido cuerpo, su larga cola y ,sobre todo, lo escandalosos que son con un sonido muy peculiar y único en las arboladas dehesas hacen de este pájaro uno de los más fáciles en su reconocimiento.La alimentación de todas estas aves está basada principalmente en granos( cereales, trigo, avena...), frutos(bellotas, aceitunas, madroños y bayas o moras) o insectos e invertebrados, denominándose según sea nutrición como granívoros, tal es el caso de gorriones, jilgueros, tarabillas, verdecillos, etc ; frugívoros, como son los zorzales, estorninos y currucas ; e insectívoros, donde encontramos herrerillos, carboneros, petirrojos, etc. Incluso, algunos pueden alimentarse de pequeños vertebrados, ese es por ejemplo el caso de Alcaudón, que puede dar caza a lagartijas, algunos batracios y pequeños roedores. La mayoría de las especies tienen un patrón fijo de alimentación, por eso sobra decir, que aquellos que se alimentan de insectos cuando acaba el verano están obligados a la emigración en busca de nuevos prados y bosques donde encuentren su sustento habitual, en este caso saltamontes, chinches, hormigas, moscas... En cambio otras especies, como es el gorrión, lo que hacen es cambiar el hábito alimenticio, es decir, durante lo meses de primavera y verano aprovechan la abundancia de insectos y granos y cuando comienzan a sentirse los primeros fríos del otoño y durante todo el invierno, la retirada de toda clase de insectos en los campos obligan al gorrión a cambiar su dieta y a sustituirla por lo que hay o lo que queda en el periodo invernal.©Emilio J. Orovengua