No busquéis a Kendrick Lamar: no está. Lo digo nada más empezar y así os ahorro esa ansiedad, el revoloteo inquieto de vuestras pupilas sobre el texto buscando la esperable mención a “To Pimp A Butterfly“, al hip-hop (¿pero dónde está el hip-hop?), a todos esos discos de los que nadie en su sano se juicio se habiera olvidado, de… oye, el “Hotline Bling” de Drake, al menos, si estará, ¿no?…¿NO?… ¿Justin Bieber? ¿¿TAMPOCO??
Que nadie se lleve un sofoco, por Dios, que no vale la pena: ninguna de las canciones contenidas en esta selección va a ser un ápice mejor por el hecho de formar parte de ella, del mismo modo en que las sonadísimas ausencias tampoco se están perdiendo absolutamente nada por haber sido omitidas. Voy por libre, pero tampoco engaño a nadie: esto NO es una lista de las mejores canciones del año. Si queréis algo parecido a eso, teneís unas completísimas (y que seguro que os gustan mucho más, dónde va a parar) en la web de Pitchfork, o en la Rockdelux del próximo enero… Esta de aquí es, simple y llanamente, la selección de canciones que han sido más importantes para un menda en este año que se acaba, las que me emocionaron hasta lo absurdo, las que me obsesionaron y sonaron en el reproductor más allá de lo saludable. Y si soléis pasaros por el blog de vez en cuando, entonces probablemente ya sabéis de qué pie cojeo: mucho más synth-pop y aledaños del que me hubiera gustado reconocer (mecachis, con lo bien que me quedaron el año pasado esos apuntes roquerillos, si hasta yo mismo creí por un momento que empezaba a madurar), desconocimiento absoluto de lo sucedido más allá de las fronteras de occidente, y la habitual (y absolutamente injustificable) desatención hacia la música realizada en nuestro idioma. La excepción a esto último la pone Wild Honey, el alias con el que Guillermo Farré ha firmado su esplendoroso EP “Medalla de Plata“: encontraréis “Tu Propia Montaña Sainte Victoire” en el puesto 21 de la lista.
Además, una bonita casualidad hace coincidir este repaso final a 2015 con la entrada nº 500, algo que sin duda alguna me hace ilusión, y que considerando las entradas dedicadas a listas, nos deja bastante cerca (esto sí que lo celebraré como se merece, descuidad) de la que será la canción nº 500 aparecida en el blog. Como pone por ahí abajo: “lo que importa son las canciones”. Y como de costumbre, la cruel barrera que separa las escogidas de las que ¡ay! se quedan a las puertas de la gloria baja en cuanto se traspasa el umbral de los 80 minutos, que es lo que dura el CD con el que luego pondré a prueba la paciencia de mi familia: este año han sido finalmente 17 pistas las que han entrado, y las que no han entrado es porque se han quedado fuera, así que no insista, señora. Venga, que me enrollo, y total, estas cosas sólo las leéis los mismos de siempre. Vamos con las MENCIONES DE HONOR:
50 Strange Encounter- Father John Misty
49 Sodus – Cemeteries
48 Tuesday PM – Richard Hawley
47 Police Encounters – FFS
46 Lo Life – Boxed In
45 Rush – Kali Uchis
44 Continental Shelf – Viet Cong
43 How Do You Do It – Empress Of
42 100 Million – Charlie Hilton
41 PPP – Beach House
40 A Rope Ain’t Enough – Daughn Gibson
39 America Says Hello – The Chills
38 Sea Calls Me Home – Julia Holter
37 Unknown – Gwilym Gold
36 Rock & Roll Is Cold – Matthew E. White
35 Northern Highway – Martin Courtney
34 Daughter of the Sea – House of Wolves
33 All That – Carly Rae Jepsen
32 A Tale Untold – Louise Le May
31 Cara Mia – Annie
30 Indiana Rose – Barna Howard
29 No Shade In The Shadow Of The Cross – Sufjan Stevens
28 Arcana – Death And Vanilla
27 Here To There – C Duncan
26 My Baby Don’t Understand Me – Natalie Prass
25 Let Me Imagine You – Robert Forster
24 Game Of The Heart – Donald Cumming
23 Winter Dress – The Amazing
22 The Explanatory Gap – EXEC
21 Tu Propia Montaña Sainte Victorie – Wild Honey
20 Tutti Frutti – New Order
19 Burn Card – The Barr Brothers
18 Falling Hard (feat. Madi Diaz) – RAC
Y ahora sí, estas son mis CANCIONES FAVORITAS DE 2015:
17 Blue Car – Daniel Knox: La voz nocturna de Knox parece suspenderse en el aire, mecida como una hoja por una melodía que del mismo modo te retrotrae a la América de los cincuenta, que te proyecta a un futuro de luces azuladas tililando en una noche de lluvia. Me resulta imposible pensar que su escucha no os hipnotice, de modo que aseguráos de que vuestra predisposición es la idónea: buscad un momento de soledad, subid el volumen y ajustaos bien los auriculares (que sean buenos, los que regalan en la Renfe no sirven para escuchar a Daniel Knox). Tras el click os espera la experiencia, hermosa y terrible, del espectacular descenso a la zonas abisales del alma.
16 1995 – Molly Nilsson: Mirar al pasado tanto en lo lírico como en lo sonoro, esa es la idea, superponiendo en lo sonoro las frecuencias más cálidas con una voz definitivamente oscura. Y aunque la nostalgia es un arma de doble filo, Nilsson sabe lo que se trae entre manos (“So what’s wrong with living in the past? / It just happens to be the place I saw you last”), y probablemente también es consciente de que su composición cuenta con el mejor primer verso y el solo de saxo más irresisitible del año.
15 Menton – Palace Winter: “Menton“ no es sólo el nombre de una hermosa villa de la costa azul, sino que además da título a una maravillosa cabalgada de synth-rock como pocas se han escuchado en este año. No exagero: imaginad qué cosas prodigiosas suceden cuando una canción empieza arrimada al rock taciturno de The National, colisiona con un riff de teclados digno de Future Islands (el mérito hay que atribuírselo a Caspar Hesselager, teclista y también productor), y acaba con una orgía de kraut-pop como las que serpenteaban en el último disco de Arcade Fire. Seis minutos de luz.
14 Affection – Cigarettes After Sex: El elevado (si lo comparamos con el resto, claro) número de visitas recibidas en este blog a propósito de la soberbia “Nothing’s Gonna Hurt You Baby” resulta bastante elocuente: las increíbles canciones que firman Cigarettes After Sex claman por un mayor reconocimiento del hasta ahora dispensado por los medios, y el grupo de Brooklyn parece llamado a convertirse en uno de esos secretos que, cuando por fin son revelados, provocan una auténtica conmoción (…) Nacida al filo de la madrugada, en ese momento en que el tiempo parece suspenderse, “Affection“ es una canción que excava aún más profundamente que sus predecesoras, para enterrar en lo más hondo la semilla de la melancolía.
13 Dolphin Style – Death Team: Que ahora no me venga nadie con bullas por esto que viene a continuación. Que ya me tocaba a mí una ocasión para defender lo indefendible, para gritar a los cuatro vientos que sí, que los suecos Death Team me la han colado bien colada, y que adoro a esta pareja sin muestra de tener el más elemental sentido del pudor, ni vergüenza de ninguna clase para hacer lo que (en teoría) no se debe hacer. Pop gañán adulterado con hip-hop y electrónica (las voces aniñadas del k-pop más plastificado, la finura compositiva de Die Antwoord y la profundida lírica de Ylenia: todo a la vez) que muestra un absoluto desprecio por la evolución de la historia de la música de los siglos XX y XXI, además de muy poco respeto por la -supuesta- inteligencia del oyente. Estoy casi-casi-casi seguro de que esto no está bien… ¿O tal vez sí?
12 Love Won’t Save You – Crayon Fields: El sonido del grupo nunca había sonado tan grande, tan seguro de si mismo, tan vibrante. Las primorosas melodías se combinan ahora con riffs de sintetizador por lo que los Future Islands matarían, las canciones tan pronto hacen pensar en unos A-ha con guitarras como evocan a los grupos del mejor indie británico de los ochenta. “Love Won’t Save You“, encarna como ninguna otra ese salto que parecen haber dado los australianos, sin abandonar en modo alguna la intuición melódica y la elegancia con que comenzaron, pero entregados definitivamente al brillo de los teclados. Romántico, resignado, melodramático: el título definitivo para lo que parece ser un giro definitivo hacia la madurez, quizás más meláncolica, pero también más emocionante.
11 Love Song For Robots– Patrick Watson: Lo que me gustan a mí estos discos de intimidad y anestesia. Esto es lo que Watson dice al respecto de sus intenciones a la hora de componerla: “A medida que te haces mayor llegas a conocerte mejor, y me dí cuenta de que muchas de mis reacciones emocionales eran, en realidad, respuestas mecánicas” (…) Puede estar tranquilo: la canción a la que va dedicada esta entrada es de todo menos mecánica. Más bien al contrario, el erizamiento del vello y una leve aceleración del ritmo cardiaco están más que asegurados para los degustadores de las ruinas sentimentales de Deptford Goth y Radiohead: tan romántica como las del primero, y tan demoledora (¡esa forma de disponer los silencios!) como han llegado a ser las de los segundos, “Love Song For Robots” es la enésima demostración de que cierta épica también es posible sin necesidad de altisonancia.
10 Ch-Ching – Chairlift: El tintineo no engaña: vuelven a escena los reyes del pop onomatopéyico, y una vez más se quedan con el personal -yo me incluyo, por supuesto- con algo que ni tiene mucho sentido, ni en realidad lo necesita demasiado (…) Algunos han querido conectar la aparición de una moneda con el logo de Bitcoin (ya sabéis, la célebre divisa virtual) en el segundo 3:18 del vídeo con los versos que canta Polachek (Open your mouth and I’ll slip you the key / Now catch that combination like 27-99-23) y andan como locos tratando de ver si no se trata de la contraseña que da acceso a un fabuloso tesoro de dinero digital. Ch-Ching! Ch-Ching! El que usaremos en el futuro (a base de unos y ceros) no tintineará como el fabricado con cobre y níquel, pero los sonidos que propone Chairlift para el mainstream de mañana no podrían ser, a día de hoy, más excitantes.
09 1 2 3 4 – Samantha Urbani: Esto es un pelotazo, se mire por donde se mire. Una de esas canciones que posee el marchamo de lo cool (ya, ya sé, la palabrita no es muy simpática) al tiempo que te pone a bailar como un poseso: justo lo que la Ciccione andaba buscando como vaca sin cencerro, cuando resulta que lo tenía en casa… Pero Samantha Urbani no se conforma con eso, y aprovecha la ocasión para ajustar cuentas con el pasado: “Esta canción trata sobre lo que el karma siempre te acaba devolviendo”“. Pues ya sabéis. Portáos bien con esta chica, que luego todo se acaba sabiendo. Y no os deshidratéis bailando “1 2 3 4” por casa, que Urbani ya avisa que es sólo “la primera de un millón de canciones”… A ver si son todas tan chulas como esta.
08 You Told Your Secrets To The Sea – The Left Outsides: Música que en las zonas más umbrías evoca conocimientos arcanos y profesiones olvidadas, y que cuando recibe los rayos del sol hace pensar en unos The Ladybug Transitor, de turismo en latitudes mucho más húmedas a las habituales. Sobre “You Told Your Secrets To The Sea” no voy a decir demasiado, la verdad. Su tristísima melodía se me ha agarrado al pecho como una sanguijuela, y llevo unos días en los que ese desvalido “collecting stones from the coastline…” es mi único sustento: no necesito nada más. Pop milagroso que parece desvanecerse en cada escucha, nueva belleza antigua: a Trish Keenan seguro que le hubiera gustado.
07 Pedestrian At Best – Courtney Barnett: ¡Caramba! La australiana ha dejado a todo el mundo ojiplático con este “Pedestrian At Best“, una pista rock de las de megáfono a todo volumen y patadas a las cosas. No es que la tuviéramos por una mosquita muerta, ni mucho menos, pero lo de propinar zurriagazos de este calibre no es el tipo de acciones que esperábamos de ella. (…) Courtney Barnett vuelve a hacer gala de su habilidad para firmar versos geniales, acorde con la imagen encantadora (cuando “encantadora” quiere decir “esa chica desastrosa que nos hace reír con sus meteduras de pata”) que de ella nos hemos hecho. ¿Cómo no empatizar con alguien con esa pinta de persona normal y corriente, que se muestra tan contradictoria y confundida como nosotros?
06 I’m Lying To You Cause I’m Lost – The Paper Kites: Desde que los descubrí, no he dejado de ponerme a este combo al que tan bien se le da lo de aliñar un pop amable y nada estridente con las gotitas justas de folk y americana (…) “I’m Lying To You Cause I’m Lost” muestra una personalidad más acusada, mucho más interesante y teñida con una exquisita melancolía country que incluso guarda un sitio para la armónica. Se reduce por tanto la dosis de azúcar, y de forma inversamente proporcional aumenta la cuota de verdad, algo que las canciones siempre acaban agradeciendo. Nuevo motivo para mantener la atención sobre la discografía de una banda que sigue sin pinchar, y una razón más para admirar esa escena musical que sigue dándonos alegrías desde el otro extremo del mundo.
05 Avenue Des Armées – Aline: ¿Os gustan The Smiths? La pregunta es retórica, por supuesto, aunque siempre habrá alguno (de todo tiene que haber en la viña del Señor) al que el arrebatador tono lastimado de Mozz y las guitarras de J.Marr le dejen tibio (…) Lejos de quedarse en el mero ejercicio de calco, los franceses aportan en “Avenue Des Armées” un toque personal, sumando al sonido jangly de las guitarras el brillo nostálgico de los sintetizadores de los ochenta, y dibujando sobre ese colchón de colores pastel una de esas melodías en picado capaces de arrancar lágrimas. ¿La estrofa más bonita del año? Si no lo es, al menos puede ser considerada una de las mejores, perfecta para contar la melancólica historia de un antiguo amor, acontecido en el interior de sucias habitaciones a las que llegaba aún el ruido de los trenes, bañadas por la luz pálida de un sol apenas capaz de brillar.
04 Courage – Villagers: Instalada desde que se publicó en febrero en ese lugar especial que reservo para las canciones más hermosas. La enésima demostración de que, para eso tan difícil de alcanzar el alma del público con una canción, ser honesto con uno mismo resulta mucho más eficaz que los arreglos más complejos. Claro, que, como muy bien canta O’Brien en este tema, hay que tener el valor para hacerlo…
03 True To My Game – Freeweights: Emoción, de eso se trata. De que cuarenta años después de la época gloriosa del synth-pop, todavía existe gente persiguiendo ese Santo Grial (…), la combinación perfecta de romanticismo pop y electrónica retro, el chisporreteo de neón que atraía todas las miradas y provocaba el delirio: a este quinteto sin un sólo disco -todavía- en el mercado, les queda fetén. Y no sé si en el fondo me gustaría, pero desde luego me sentiría bastante mejor uniéndome al grupo de los que sonríen levantando las cejas, y desde la atalaya de su cultura musical mandan a los Freeweights y el electro out-run, y el chill-wave y toda aquella caspa al rincón de la ironía, del chiste simpático que sólo ha de ser tomado como una broma -eso sí- de fabulosa factura. Pero es que no me sale, joder, no puedo. (…) Al menos en lo que a mí respecta, creo que una de las mejores canciones de este 2015 llega a nosotros con el inconfundible brillo de 1985.
02 Without You – Tobias Jesso Jr: Un tío, un piano: aserrando tu corazón en dos ante el incrédulo público, y luego volviéndolo a dejar, aparentemente igual que estaba. Arrecian los aplausos, se cierra el telón, las luces se encienden, la gente se marcha a casa. Pero tú no estás igual, nada de eso; tú no puedes dejar de palparte el pecho para cerciorarte de que sí, efectivamente: magullada por el misterio, traspasada por tanta belleza, pero esa víscera sensible que creías despedazada sigue latiendo.
01 White Light – Shura: Muy difícil va a ser que el disco con el que debutará Aleksandra Denton no sea una maravilla, pero es que además la chica está mostrando una increíble habilidad para abrir su paleta estilística, sin salirse de las coordenadas de diva synth-pop de los ochenta. Nos sorprendió en “2 Shy” con un acercamiento a sonidos inequívocamente R&B, hasta el punto de que no hubiera resultado nada extraño si el nombre de Dev Hynes hubiera aparecido entre los créditos, pero aún se ha dejado la mayor de las sorpresas para el final: “White Light” descubre una nueva faceta más bailable, hasta ahora inédita, y dura siete minutos. Sie-te. Y no le sobra ni un sólo segundo, creedme (existe una versión radio-friendly, recortada hasta los 4 minutos, pero quién querría quedarse con la versión reducida de algo tan inmenso): una gloriosa odisea de exquisito synth-disco entre luces de neón y guitarras lejanas que debería bastar para coronar a Shura por encima de tanta mamarracha aspirante al trono electro-pop de temporada. Y si no habéis escuchado nunca a Shura, entonces os acabo de alegrar el día.
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¡Muchísimas gracias por leer hasta aquí! Menudo mérito tenéis: supongo que no hay mejor forma de agradecéroslo que con las correspondientes playlists de Soundcloud y Spotifty (recomiendo esta última plataforma por ser la que posibilita la escucha del mayor número de temas, aunque no encontraréis ahí las canciones de Sam Urbani o Molly Nilsson), y compenso las ausencias estirando el listado de Spotify hasta las 100 pistas. Quién sabe, si entre todas estas canciones favoritas de un año que ya se acaba no os aguarda un maravilloso descubrimiento…
Favoritas 2015 + Menciones de Honor + Otras canciones del 2015 en Spotify: