Eso no puede ser malo para nadie. Quizá incluso genere una suerte de energía universal que nos haga un poco mejores a todos. Ojalá fuera así, porque la verdad es que la cosa está bastante "chunga".
Como quiera que sea, os deseo a todos unas felices fiestas y que las disfrutéis en la mejor compañía. Yo, a pesar de mi escepticismo, las compartiré con mi hijo que acaba de regresar de Sicillia, lo que ya es motivo sobrado de celebración. Y nos dedicaremos a preparar un hermoso proyecto para el próximo año del que os hablaré muy pronto ;)
¡FELIZ NAVIDAD!