Confieso que mi velocidad de lectura fue lenta al tener que aclarar varias dudas del idioma lusitano sobre la marcha, pero ahí me fui poco a poco, hasta completar la breve aproximación a esta novelista emblema de Brasil; breve, valga decir, ya que su prolongada obra va más allá de veinte títulos.
Dentro de los hechos anecdóticos que rondaron a Lispector, está el que hacía gala a su coquetería y belleza: se perfumaba antes de sentarse a escribir; y otro menos grato, cuando se quedó dormida con un cigarrillo encendido en la mano, hecho que le dejó graves quemaduras en el brazo y en otras partes del cuerpo.
Hablando de buenas portadas, creo que esta en particular es una joya. Buen ejemplo a seguir.Veamos si se consigue en español –por estas tierras de Dios, digo– una de sus novelas más celebradas: A Paixão segundo G.H. (La Pasión según G.H.).
Até outra vez.