Pero no fue hasta el siglo siguiente, durante la Guerra de la Independencia, cuando aquella lotería tomó el nombre de Nacional. Luego, terminada la guerra, con Fernando VII, cambió su nombre por el de Moderna, para recuperar después de nuevo el de Nacional durante el trienio liberal, y otra vez ser Moderna con el regreso del absolutista Fernando. Quién sabe de las razones de dichos cambios en el nombre del juego, pero quizás pensara el rey felón que no convenía llamarla nacional, por pertenecer así a toda la nación; y sí moderna, porque sintiéndose él un rey moderno, una lotería con dicho nombre podría ser más suya que la otra de obligatorio reparto. Al menos así se podría entender leyendo el artículo publicado por don Ángel Fernández de los Ríos en el que relató cómo Fernando VII era muy frecuentemente agraciado por la “buena suerte” en los sorteos de la lotería. Y es que al parecer, en connivencia con Tadeo Calomarde, a la sazón ministro de Hacienda, cuando algún premio importante recaía sobre un número no vendido y devuelto por el lotero, acababa siendo cobrado por el rey, quien moderno que era él, se maravillaba de su buena fortuna.
Con esta corta historieta, próximo ya el sorteo de Navidad, preludio de las fiestas navideñas, quiero desear a todos unas felices fiestas y que la diosa Fortuna sea pródiga con los seguidores, lectores y amigos de este blog.