Felipe fue uno del club de fans de Jesucristo. Antes era fan de Juan el Bautista, pero dejó de seguirle cuando aquél perdió la cabeza.
Destacó entre los elegidos del señor porque Jesús le mandó a comprar el pan y ni eso hizo bien. Se quedó corto. El nazareno tuvo que multiplicarlos.
Después de la muerte de Cristo predicó por el mundo y mató un dragón que por lo visto era venenoso.
Murió colgado. Mientras estaba muriendo, pidió que su cuerpo fuera envuelto no en lino sino en papiro porque era mejor para el medio ambiente.