Es difícil encontrar un ejemplo más evidente de arrogancia estúpida que crear una fundación para estudiarse a uno mismo. El gesto de González confirma la sospecha de que los políticos, en España, viven dentro de un ambiente tan artificial y viciado que sólo genera estupidez, sometimiento, arrogancia, elitismo y una ignorancia supina de la realidad. La creación de la fundación se orienta a influir en la historia para que no tenga en cuenta los muchos errores y carencias del personaje político y destaque, en cambio, sus aciertos.
Felipe no es ningún prócer que convenga estudiar, ni será considerado por la Historia como un modelo de nada. Cuando alcanzó el poder, estafó a los españoles prometiéndoles progreso y justicia, promesas electorales que incumplió mucho antes de que Rajoy traicionara todas las que hizo. En lugar de fortalecer España, abrió de par en par las puertas de la corrupción, engordó el Estado, incrementó la burocracia y desindustrializó España y se cargó la industría siderurgica, la naval, la motociclista, pasando la industría de ser el 31% del PIB de España a ser un triste 14% y bajando. Ese fue y es Felipe Gonzalez, el "encantador de serpientes", un tipo que tiene gran responsabilidad en el hundimiento de España porque nadie como él concitó tanta esperanza, cuando llegó al poder, ni tanta decepción, cuando lo abandonó.
Como obra "cumbre" de su mandato no destaca el ingreso de España en la OTAN, a la que previamente había dicho "NO", sino el opaco y sucio robo de RUMASA, el imperio creado por José María Ruiz Mateos, y su todavía mas sospechosa y sucia privatización, en la que las joyas empresariales del grupo fueron "regaladas" a amigos del propio González por muy poco dinero. El "regalo" de Galerías Preciados a Gustavo Cisneros fue el ejemplo mas sonado de aquel lamentable abuso de poder, anticipo de toda la inmensa racha de abusos e injusticias protagonizados por una clase política española a la que González abrió las puertas de la suciedad.