Francisco Correa ha empezado a hablar y hasta Rita Barberá tiembla en el santo cielo. España necesitaba la figura del arrepentido, porque sin arrepentidos la mafia mantiene una parte de glamour que no se merece. En España, salvo por el libro de Gregorio Morán sobre los mandarines de la cultura en España, la del Rey de Rebeca Quintans y cinco excepciones más, las biografías contemporáneas aireadas las escriben en forma de vida de santos los propios biografiados. Y se parecen a la verdad como la foto de Facebook a sus usuarios. Aunque se las pagan a precio de oro. ¿Devolución editorial de favores?
Uno muy amigo de inventarse su pasado y enjabonarlo es Felipe González, que puesto a no despejar ni una equis, se presenta a sí mismo como el oráculo que puede salvarnos de los bárbaros. Lo ha entrevistado Pepa Bueno en la SER, y no ha recordado ni que González vive en las puertas giratorias ni que fue el gran valedor de la corrupción de los Pujol cuando frenó la querella contra Banca Catalana. A González le debemos la impunidad Convergencia. Le regaló a Pujol fama de estadista y sentó las bases para que en el conjunto de España el reparto de competencias entre las Comunidades Autónomas y el Estado central no estuviera sujeto a una norma federal sino a las necesidades del PSOE o del PP. España siempre ha leído el reparto de competencias, por culpa de González, como un chantaje.
La construcción de la España de las Autonomías no se ha hecho con una voluntad federal democrática y eficiente, sino como un chantaje político permanente. ¿Aún extraña que a tanta gente no le gusten y les parezcan un enjuague? Por eso, los mismos que han jugado siempre a ese juego, apoyan hoy el 155. Es la misma varita, si te portas bien para beneficiar, si te portas mal para castigar. Y siempre ha sido de los mismos.
Tampoco han hablado de que fue González el que dio la pauta para tumbar a Sánchez desde una entrevista a la SER en Santiago de Chile en 2016. Hoy dice que está de sabático del PSOE y que con el único que habla es con Rivera. Como Aznar. Igual van encajando las piezas. Porque González es un hombre del Ibex 35. Ampliado, ya que también responde de las necesidades de Carlos Slim, el hombre más rico de México. El Podemos de derechas al final auspiciado también por González. Pobre Sánchez. Ni echándose en brazos de Susana Díaz.
De Catalunya hablan los jueces, los padres de la Constitución, el Rey y tenía que hablar González. El de la incógnita. Mucho hombre y muy pasados. Para compensar, ha hablado Celia Villalobos, no menos pasada. Ha dicho que nos olvidemos de las pensiones. ¿Habéis escuchado pensionistas? La responsable del PP en el Pacto de Toledo os ha dicho que os olvidéis de las pensiones. Pero Felipe González no ha despejado tampoco la incógnita de las pensiones. La culpa, claro, de Podemos.
Y alguno todavía se sorprenderá de que las mujeres jóvenes de España sigan preguntándose qué han hecho ellas para merecerse esto. Y me consta que van tomando decisiones.
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