El problema para los españoles es que la España decente que quiere democracia no sabe defenderse y que su gran valedor, el Rey, que ha jurado defender la Constitución, deja hacer al corrupto Sánchez y no es capaz de detener su despreciable avance hacia la tiranía.
Con las grandes instituciones defensivas paralizadas, con la Justicia asaltada por e sanchismo, y el Ejercito domesticado, la resistencia anti marxista se ha concentrado en parte de la ciudadanía y en algunos sectores de la Justicia que se resisten a la opresión.
La pertenencia a la Unión Europea, un trozo de mundo que tiene a la democracia y las libertades por bandera, debería ser la barrera que impida que España sea esclavizada por la dictadura de izquierdas, pero Bruselas, donde el globalismo y la socialdemocracia son dueños del poder y marcan los destinos, tampoco es capaz de frenar al depredador español Pedro Sánchez.
La economía española va bien, gracias al turismo, que llega por millones gastando dinero, pero, a pesar de que el dinero es abundante, España retrocede y es ya campeón en avance hacia la pobreza, desempleo y desigualdad.
La destrucción programada por la receta marxista avanza como una apisonadora, impulsada por el gobierno de Sánchez, sin que nada ni nadie sepa detenerla y sin más obstáculo que los débiles focos de resistencia ciudadana y la Justicia, que han convertido a Pedro Sánchez en un tipo huraño, rechazado en las calles, odiado como líder por su inmoralidad y nulo respeto a la Constitución. y despreciado por sus alianzas con sus socios de gobierno, que son lo peor de la nación, comunistas totalitarios y aquellos que odian a España y la legalidad vigente y que sueñan con trocear la patria.
Francisco Rubiales