Durante los años 2001 – 2011, ha participado en los siguientes concursos:
- 2001 –“No te será tan fácil” –Premio Ecqus Internacional
- 2002 –“Tetraedro” -Segundo premio Concurso de cuentos de “El sur también insiste”
- 2004 –“Senectud acelerada” – Accésit Premio Internacional Julio Cortázar de relato breve de la Universidad de Laguna.
Finalista en cuatro de seis participaciones en los concursos de Yoescribo.com:
- 2004 -con el relato "Las pantuflas del abuelo".
- 2005- con el poemario "Amor desamorado".
- 2006- con el relato "Astrid".
- 2010- finalista certamen de "Mis escritos"
- 2011- Uno entre varios ganadores del Concurso Internacional Latin Heritage Foundation de Cuentos sobre la Experiencia Personal del Inmigrante.
Te invitamos a conocer un poco más del escritor Félix Acosta Fitipaldi. ¡Un escritor que no se cuece al primer hervor, al tener sus objetivos bien planeados!
¡Te invitamos a conocerlo! ¿Quién es Félix Acosta Fitipaldi? Soy ese tipo discreto al que los vecinos ven realizar tareas diversas en su casa e ignoran que tiene un esqueleto en el armario: escribe. Mi vida la he desarrollado al margen de la literatura, jamás me ha dado de comer ni he pretendido que lo hiciera. Escribir es una necesidad fisiológica que me alegra y reconforta; tal vez me conforme con poco, pero para mí eso ha sido suficiente. Lo demás, un hombre común a quien en este ámbito debiera juzgarse por sus escritos y no por logros anexos que no afectan al lector. ¿Tengo cien diplomas universitarios y una fortuna considerable? ¿Me he casado cuatro veces? ¿He sido procesado? De ser sujeto de cualquiera de esos tres casos, y por más que tuviese mucho que decir, ninguna de las posibles respuestas afirmativas a tales preguntas haría más interesantes mis escritos. Así que dejemos primar la verdad: no, ninguna de tales eventualidades me representa, quizás sí a Papalón. Si te describieras. ¿Cómo lo harías? Bastante normal y de buen criterio, ávido de conocimientos, explorador, investigador, afable y curioso. ¿Qué valores te describen más a ti? Mesura, equilibrio, austeridad, modestia. ¿De dónde surgió la pasión de escribir? Tal vez de los primeros poemas para amores adolescentes y el estímulo de alguna profesora de literatura. ¿El inicio? De niño leía tebeos y los intercambiaba con mis amigos. Una tarde mi padre volvía del trabajo, cansado, agobiado tal vez por el calor y allí estábamos, canjeando comics. Él se dirigió a mí preguntándome por qué en lugar de leer “eso” no leíamos libros. Me avergoncé y fastidiado le pedí que no interviniera en nuestros asuntos. Él así lo hizo, pero apenas se fue uno de mis amigos dijo que su madre decía lo mismo, a otro no le pareció mala la idea, otro dijo que él había leído alguno y estaba bueno... Vendimos los tebeos y compramos libros, inaugurando una biblioteca barrial. Entonces pude comprender la diferencia entre un comic o una película con un libro. Aquellos me daban una idea digerida, acabada, absoluta e inmutable. El libro dejaba en manos de mi imaginación los acontecimientos y acaso, si luego volvía a leer lo mismo, el resultado mental podría ser diferente. Leímos mucho entonces y tomé una costumbre que jamás abandoné, pero también descubrí que en mi cabeza había cosas también, que eran interesantes y quizá debiera compartirlas. No lo pensé dos veces y así lo hago hasta hoy día. ¿Qué otras pasiones tienes a parte de la literatura? El arte. Alguna vez, combinando colores y diseños, pinté al óleo. Luego mezclé palabras para componer ficciones y es lo que ahora nos entretiene. Más tarde en la cocina descubrí la enorme variedad creativa que permite ese universo de sabores y fragancias. Adoro la música, pero cantando soy realmente malo. No pierdo película de gran o mediano interés. También me gusta transpirar, trabajar al sol, cortar el césped o reparar un armario. Me gusta hacer cosas. Cierto día, tiempo atrás, nuestro profesor del taller literario comentó que él era incapaz de hacer algo con las manos, que era torpe hasta para lavar platos. Se ve que lo escuchó un personaje de mi primera novela (Póster busca pared) muy trabajador, pues hizo este comentario: “Me enoja cuando un tipo dice que no sabe hacer nada con las manos. ¿Limpiarse el culo? ¿Eso es todo lo que sabe hacer con ellas; o tampoco? Mira, yo nunca obtuve nada donde no participaran mis manos y si me regalan un número de lotería no lo quiero. Los antiguos sabían de eso: hacían su casa, horneaban su pan, ordeñaban sus vacas, cultivaban sus legumbres y, ¡quién sabe! sudaban su azúcar y su sal. ¡Saboreaban la vida! Porque el sudor es eso, lágrimas de gratitud a la tierra que nos alimenta. Ahora, que nos sobra más tiempo que antes, lo perdemos en cosas superfluas y no rinde. Aquellos no lo perdían en meras distracciones y el tiempo se les quedaba allí, pegado a las obras realizadas. Todavía hasta podían mirarlas, tocarlas, lucirlas en el cuerpo o comerlas. Ese era su tiempo, nunca perdido, siempre ganado ¿En qué te enfocas para poder escribir? En nada o en todo, el ejemplo anterior indica que de un simple comentario puede nacer toda una argumentación. Siempre hay frases aguardando al personaje adecuado que las diga. Siempre hay personajes necesitados de frases que lo identifiquen dándole impronta. Además, no sé qué significa hoja en blanco. Sólo vivo y cuando asoma una idea la atrapo, analizo, desmenuzo y preparo para el mejor debut que pueda darle. Al iniciar como escritor. ¿Qué fue lo más difícil? Procurar responderme para qué lo hacía y quedar satisfecho. Mis compañeros más allegados del taller dijeron cosas como: Para... “permanecer” “perpetuarme” “ligar con mujeres” “hacerme rico” “obtener reconocimiento”, “ser famoso”. Y ninguna de esas razones iban conmigo, así que me lo pregunté seriamente. Una sola fue la respuesta: me da satisfacción. Eso era todo. Luego podría abundar: me entretengo, me desafío y respondo a mi propio reto, llevo elementos externos reales hacia mi introspección y dejo testimonio escrito del caldo resultante. A veces, cuando está bien cocido, llego a maravillarme. ¿Cuáles son tus metas por cumplir a largo plazo? Continuar mi vida haciendo aquello que me permita seguir las huellas de la felicidad. Entiendo que esta respuesta no es muy ambiciosa, pero... (sonrío) una canción de nuestra tierra (Zumba que zumba - Lábranos/Carrero) dice: Para qué soñar despierto con horizontes de luz si una tumba y una cruz, oye mi hermano, es la herencia 'e todo muerto. No es muy alentadora, por cierto, pero esa óptica atiende mi circunstancia, no tengo veinte abriles sino muchos más. Entiendo que la pregunta apunta a jóvenes y esperanzados escritores. ¿Quiénes son las personas especiales que te acompañan a soñar? Todas las personas son especiales, todas tienen algo digno de destacar, pero a la hora de soñar quiero estar solo pues me avergüenzo de mis locos sueños. Referido al después, a cuando el plato está pronto y es bueno ver la reacción de quien me lee; la persona que siguió cada uno de mis trabajos ha sido mi madre. No es raro que a ella le gusten todos los escritos de su hijo, pero siempre ha opinado con mesurado criterio, soslayando ponderar en demasía ni criticar sin argumentos válidos. Aparte de la literatura. ¿Qué te encanta de tus demás profesiones? He realizado tareas de todo tipo, físicas e intelectuales, y aprendí que la mejor manera de cumplirlas es disfrutándolas. Si bien mi trabajo remunerado trató de administración y diseño gráfico, las tareas físicas de mantenimiento y remodelación necesarias en mi hogar las disfruto personalmente. Es tanto el interés que me despierta cualquier disciplina que no he podido ir a fondo de ninguna, creo que tengo buen nivel cultural, pero especialización, a no ser la necesaria en administración para ganarme la vida, ninguna.
¿Cómo describirías tu novela “El tigre no bala”? Primero fue un relato. Me pareció que personaje y estilo daban para más y se transformó en trilogía. No conforme con eso me permití encontrar nuevos hilos que de alguna forma fueron enriquecieron la trama, haciéndola más compleja y diversa. Quedó al fin como una serie de relatos novelados cuya continuidad relativa es de episodios aislados. ¿Cómo describirías tu novela “Jaque de Hackers”?
Les quitaría el egoísmo haciéndoles ver la satisfacción que se encuentra en el acto de dar por el mero hecho de compartir, ser útil y colaborar sin interés alguno. Me resulta imposible comprender la existencia de fortunas inconmensurables en manos de una sola persona mientras miles de niños mueren de hambre a diario. ¿Existe alegría mayor que asumir la posibilidad de alimentarlos? ¿Por qué nadie lo hace? El amor por el dinero es diabólico, perverso. A todos nos gusta el confort, vivir bien, viajar, comer sabroso y abundante, y para eso no se necesita ser millonario. ¿Verdad que quien más quien menos casi todos lo hacemos? Ha pasado el tiempo y noto que hay cosas que nunca llegaré a comprender. ¿Cuál es tu mayor temor? ¿Por qué?
A mi edad (he pasado el medio siglo) el único temor es a las perdidas irreversibles, sucesos que sabemos nos habrán de afectar y nunca estaremos listos para sobrellevar. Aquello que le puede ocurrir y afectar a un ser querido. A la impotencia de no poder hacer nada para ayudar. Si tuvieras la opción de convertirte en un animal o planta. ¿Cuál sería? ¿Por qué?
Para concluir, agradecemos al escritor por la amabilidad de contestar; nuestra pequeña entrevista. ¡Listos! Ya conocen, un poco más a nuestro invitado. ¡Atrévete! leyendo sus libros.
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