Otro año más que se va...
Como a muchos os pasará, me gusta hacer balance de lo vivido a lo largo del año que despedimos y, para mí, creo que pesan mucho más las cosas buenas que las malas. Ha habido de todo pero me quedo con las positivas para disfrutarlas y seguir viviéndolas y con las negativas para aprender y seguir creciendo.
El 2013 ha sido un año de grandes decisiones, de primeras veces, de oportunidades y de reencuentros; de crecimiento personal y profesional. Por lo tanto, aunque no me puedo quejar de estos 365 días, me muero de ganas por empezar este nuevo capítulo y cada una de sus páginas en blanco.
Como dijo en su momento Jack a bordo del Titanic, deseo brindrar con vosotros para que en este 2014 cada día cuente.
¡Feliz año!