Se nos va 2014. Ya era hora. Porque, desde la óptica barcelonista, ha sido un año realmente duro, un año en el que hemos perdido(o nos han arrebatado) la hegemonía en el futbol europeo(que también significa hacerlo en el mundial), y en el que el nombre del club ha ido perdiendo prestigio por errores propios, por desgracias ajenas y por campañas externas bien pagadas.
Un 2014 en el que la peor noticia, la mas dolorosa, no fue la anulación del gol de Messi(que era legal y nos daba la liga) ni la eliminación en cuartos de la Champions ante el Atleti, sino el adiós de Tito Vilanova.
En Abril de 2014 se nos escaparon las pocas posibilidades de hacer una temporada "triomfant", como se nos escapó recuperar al hombre que más sabía de este juego y en el que tantas ilusiones había depositadas.
Luego vinieron las diferentes sanciones, las acusaciones por el fichaje de Neymar(en el que un boticario quintacolumnista fue el tonto útil), los castigos del TAS(hoy, como ya se sabía han rechazado el recurso) por tratar bien a los chavales y darles un futuro, y los ataques feroces y desproporcionados de esa prensa que vive de ello(el sueldo es lo de menos).
Deportivamente hemos fichado mucho y no siempre bien. La portería es un gran acierto, parece que hemos recuperado una buena versión de Bartra, y da la sensación de que Luis Enrique está a punto de conseguir que Piqué sea una nueva versión razonablemente buena de aquel gran jugador que impresionaba hace un par de años.
Suárez va explicando, semana a semana, sus habilidades, y nadie duda de que su adquisición será un éxito. Neymar empieza a ser aquel jugador que enamoraba al mundo y por el que el Real Madrid estaba dispuesto a gastar lo que hiciera falta, y Messi vuelve a ser el Messi desequilibrante al que todos admiramos, menos los que viven de no hacerlo, al que todos consideramos el mejor, salvo los que si lo hicieran deberían sacar la cartera cada vez que van de cena o de compras.
En el lado oscuro tenemos los fichajes de Vermaelen y de Douglas. Intentar escribir sobre ellos es gastar tinta y neuronas. Es tan ridículo que dos jugadores así, uno lesionado y el otro que nos da igual si está lesionado o si está sano puesto que no tiene nivel, hayan sido fichados por el Barça que explicarlo es absurdo.
Y junto a estos fichajes incalificables, los bandazos de la directiva, con el rumbo perdido, intentando dirigir la nave pero tropezando con cada uno de los icebergs que nos ponen desde dentro y desde fuera.
Con mi recuerdo hacia Tito Vilanova, con la tristeza por su prematuro adiós, brindo por un 2015 que nos devuelva la sonrisa, que nos haga disfrutar cada semana, que nos devuelva a la senda de las victorias y de los títulos.
FELIZ AÑO NUEVO