¡¡Feliz año 2016, amigos!! No quise publicar ayer esta entrada porque alguno de vosotros quizá no habría entrado todavía en el 2016: ahora sí, todo el planeta ya lleva más de un día en este nuevo año, bisiesto, por cierto. ¿Eso indica buena suerte? Algunos dicen que sí y yo lo creo así y sobre todo por lo que me pasó esa noche…¿Os lo cuento? Quizá no lo vais a creer cuando os lo relate, pero debéis creerme pues lo que voy a contaros es tan verdad como que os estoy escribiendo esto aquí.Eran las doce menos cuarto de la noche, el día 31, y nos disponíamos a tomar las uvas, que ya sabéis que es tradición en España. Teníamos encima de la mesa los paquetitos con doce uvas cada uno y todos las contábamos por si acaso…un error en una uva de menos es entrar mal en el 2016 y eso nadie quiere que le pase: muchos años entrando bien y pasa lo que pasa durante el año…imaginaos si ya entramos mal… y eso que no soy supersticioso, pero las tradiciones están para seguirlas y cumplirlas. Pues eso, todos contando sus propias uvas por si el que las preparó se equivocó. Y no, no se equivocó en ninguno de los paquetitos coquetamente dispuestos para el momento. Yo fui a por una botella de cava español para tenerla a mano cuando llegase la hora de brindar por el nuevo año; le quité la abrazadera metálica que sujeta el tapón y, como no la había movido, confiadamente la dejé encima de la mesa al alcance de la mano para cuando llegase la celebración. Faltaban diez minutos para la hora. Los nervios típicos del momento. Recuento de las uvas de nuevo…algunos físicamente, una por una; otros, a los que nos daba vergüenza mostrar ese nerviosismo, lo hacíamos con la mirada. Todo preparado para el salto de año cuando los presentadores de la televisión se afanaban por explicar la secuencia de las campanadas: campanas de aviso, los cuartos y las 12 campanadas, una a una, con el reloj de la Puerta del Sol de Madrid ocupando toda la pantalla de nuestros televisores…aún así, seguro que hubo alguien que en los cuartos se atiborró de uvas…siempre hay algún listo que se equivoca y entra en el año de aquellas maneras…Pues bien, ya quedaba tan sólo un minuto y todos cogimos nuestro paquetito con las doce uvas en las manos…¿seguro doce?...voy a contarlas de nuevo…una, dos, tres…sí están todas….bueno, ¡qué ya empiezan las campanadas!...Y fuimos campanada tras campanada comiendo uva tras uva…cada una con su campanada respectiva…Las doce han caído sin novedad y ya aplaudimos todos el nuevo año y los comentaristas deseaban a toda la audiencia: ¡Feliz 2016! Y justo en ese momento…ni antes ni después…¿sabéis qué ocurrió?...seguro que casi todos lo habéis adivinado…¡¡la botella de cava se abrió sola!!... nos quedamos todos mirándola y entre risas brindamos por el nuevo año. Sí, empezamos este 2016 muy bien. Seguro que fue un buen augurio el que la botella se abriese en el momento justo tras diez minutos de espera sin su presilla metálica.Yo os deseo que el 2016 sea un magnífico año y que, al menos, los problemas cercanos, los que nos afectan a nosotros y nuestras relaciones, se dulcifiquen un poco más que en el 2015 pasado. Qué seamos capaces de mejorar nuestro mundo porque en ello estará la mejora del Mundo con mayúsculas en el que quedan muchas asignaturas pendientes por solucionar: paz, hambre, trabajo, injusticias…pues eso, qué el 2016 sea mejor que el 2015 para todos vosotros, mis queridos seguidores y compañeros en esta aventura de las ilusiones. Y mi felicitación va resumida en esta ilustración que mi compañera, Jezabel (http://www.domestika.org/es/jezabel_reigada/portfolio https://www.facebook.com/JZBLRG todos los derechos reservados), que ya conocéis y es la autora de las ilustraciones de mi cuento “Pan con Miel”, ha querido compartirla hoy con todos nosotros. Muchas gracias, Jeza, por este regalo que nos haces y desde aquí te deseamos, todos nosotros que admiramos tu trabajo, un feliz 2016 lleno de colorido e ilusiones.Bueno, pues no quería empezar el año sin haceros un regalo, yo también, a todos vosotros. Se trata de un relato que hice el día de Año Nuevo para traerlo a esta página. Quizá sea un poco triste, pero no deja de ser un reflejo de cómo a veces es la vida que nos ha tocado vivir; de cómo el amor hace mella en nosotros y cómo su ausencia nos hace desear ilusiones que, a veces, se cumplen…¿pasó esto al protagonista de esta historia?...el final lo ponemos cada uno y ya me diréis cómo ha sido el vuestro.Feliz noche y felices resto de fiestas a los que todavía estáis celebrándolas, entre los que me incluyo.
Un cariñoso y largo abrazo a todos vosotros.NUESTRO BANCO