El relato cotidiano atempera hoy el ánimo. La prima está disparada y el futuro, cuando haya que devolver los altos intereses que hoy se fijan, nos pasará factura. Pero hoy es el futuro de hace unos meses, cuando la prima, la dichosa prima, ya escalaba el 22 de noviembre de 2011 hasta los 468 puntos: una ruleta rusa con todas las balas en el cargador que dispara con temporizador a seis meses, un año… La bolsa, que también es especulación cortoplacista, se reduce a mínimos anuales y el paro, que es lo único que crece. Da vértigo, un vértigo casi, y sin el casi, paralizante ante la perspectiva de caer sin protecciones ni arneses y sin red a la vista que amortigüe el golpe. Y dura poco el espíritu encendido de primera hora cuando resulta que pesimismo y realidad caminan juntos y van de la mano hasta la noche.