Llegó el día del empalagamiento, en el que todos los enamorados muestran su amor y tienen que demostrarlo a través de cosas materiales, y lo que es peor, nos lo hacen ver a todos. En medio de tanto amor, ninguno habrá pensado por qué se tendrá que regalar algún detallito (o detallazo en algún caso) a la pareja.
Es una gran acción de los comercios, que aprovechan los sentimientos de los consumidores para crear el día del enamorado (en sentido moderno), que se celebra, claro está, gastándote pasta para satisfacer a tu pareja. Una gran idea de los establecimientos para aumentar sus ventas en un día tan “especial”, y una gran colada que nos han pegado a nuestros sentimientos, que nada tiene que ver con el origen del día de San Valentín. ¿O es que en la época del Imperio Romano ya iban al Corte Inglés a comprarle algún regalito a sus amantes?
Todo es una mera invención comercial. Qué triste, ¿no? Un día alguien me dijo que el amor se demuestra todos los días del año, y así tiene que ser. ¡Feliz San Valentín!