Esta fecha, celebrada en más de treinta países a lo largo de cuatro continentes, aboga por la planificación de comunidades sostenibles intentando concienciar a la sociedad de la necesidad de mantener en equilibrio entre el desarrollo de las ciudades modernas y la naturaleza.
El urbanismo es un conjunto de disciplinas, tanto técnicas como sociales, que tiene como objeto resolver la problemática de las ciudades, la población y el territorio a través de distintos enfoques y escalas.
Desde nuestra perspectiva entendemos que una ciudad es considerada sostenible cuando deja de construir, mira hacia su interior y reutiliza los edificios vacíos, identifica y resuelve los problemas de los barrios gracias a las opiniones de su tejido vecinal y otorga a sus espacios públicos más funciones. Hoy en día, muchas ciudades españolas no cumplen con estos requisitos.
Por lo tanto, desde Paisaje Transversal respaldamos la iniciativa, pues entendemos que en el presente ha de potenciarse un nuevo modo de «hacer ciudad» que sustituya a sistemas arcaicos y nocivos, adecuándose a los cambios y necesidades actuales de la sociedad incrementando la calidad de vida de los habitantes a la par que minimizando el impacto sobre el medio ambiente. Y uno de los pasos fundamentales en este proceso es acercar a la propia ciudadanía al urbanismo e implicarles en el mismo junto a los agentes técnicos, potenciando las labores de innovación, difusión y participación mediante una metodología replicable, transparente, precisa y veraz.
En definitiva, necesitamos recuperar la propia esencia del urbanismo, de la disciplina pero también de la propia palabra. Ese término que han pervertido las malas praxis basadas en el tráfico de influencias y la avaricia de gobernantes y promotores. Frente a esa realidad, causante de tantos males y enfermedades de nuestra sociedad y nuestro territorio, en los últimos tiempos nos ha dado por inventarnos adjetivaciones: urbanismo social, urbanismo participativo, urbanismo bottom-up, urbanismo táctico, etc. Incluso hemos discutido sobre qué adjetivo era más adecuado (gracias MonoD y Pla Estel, por alimentar el debate en redes). Como si con ello pudiéramos cambiar la propia disciplina, desvincularla de toda esa capa de podredumbre con la que la han cubierto aquellas élites que han llevado el Estado de Bienestar a la quiebra.
Pero ya basta. Basta de epítetos. No dejemos que nos arrebaten las palabras. Hablemos de urbanismo a secas. Recobremos su verdadero sentido e instalemos su definición como un instrumento capaz de «hacer ciudad en términos de igualdad».
Por eso, una fecha como hoy supone una inmejorable oportunidad para promover un planeamiento urbano más social y ecológico. Un momento en el que reivindicar que el urbanismo deje de ser una práctica ligada a la especulación y la corrupción, y se convierta en un sinónimo de construcción colectiva y mejora del hábitat urbano.
Porque el urbanismo es hoy en día más necesario que nunca.
Ejemplos de urbanismo
En Paisaje Transversal estamos trabajando actualmente en distintos proyectos que promueven la sostenibilidad en la ciudad. Sirvan de ejemplos Harinera (Zaragoza), la antigua fábrica de harina que en septiembre abrió sus puertas como centro cultural; el proyecto ParqueJH (Madrid), donde los ciudadanos y el ayuntamiento de Torrelodones decidirán nuevos usos para diseñar el espacio público; o el proyecto de regeneración urbana del barrio Virgen de Begoña (Madrid), donde ayuntamiento y tejido vecinal han identificado los problemas y juntos pondrán en marcha las soluciones de forma participativa.
Créditos de las imágenes: Imagen 01: Estudio sobre el plano de Madrid centro (fuente: Paisaje Transversal)