Mi alegría de hoy es ver como l'aînée comienza a leer. Une las vocales entre sí, y las diferencia. Aunque alguna vez se lía. También se une que escribe su nombre perfectamente, además de reconocer las letras que componen su nombre. Aunque lo sabe desde el curso pasado, me sorprendió gratamente que pusiera su acento al revés tal y como es.
La tarea de lectura es genial. Me cuenta las historias de la reina A y el rey U, del método de lectura Letrilandia, que le son contadas en clase. Y que l'aînée cuenta emocionada a la vista del libro.
Pero de lecturas y escrituras, algo os contaré mañana.
¡Feliz lunes!
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