EN UN PÁRRAFO….- Superproducción multinacional de ámbito europeo, ‘Feliz Navidad’ es una ficción basada en hechos reales que, curiosa y paradójicamente, y por más ‘buenrollismo’ (y fe en la condición humana) que se quiera poner sobre el tapete, parte de una premisa argumental tan poco verosímil que resulta difícilmente creíble, contribuyendo de manera poderosa a tal sensación el que su desarrollo narrativo (por lo demás, bastante correcto formalmente, y con un ritmo y cadencia adecuados) incida especialmente en episodios y situaciones que, excesivamente sensibleros (y previsibles), solo con una mente muy abierta se pueden admitir como realistas. Es lo que sucede cuando, desde una realidad tan dura y amarga, se pretende erigir un espectáculo de tono amable para el disfrute de todo público: probablemente la taquilla lo agradezca, pero…
EN SU HABER.- Su denuncia de la inhumanidad de la guerra, de lo absurdo de que hombres a los que no separa nada que tenga que ver con su condición intrínseca de tales (y que, más allá de eso, comparten querencias, miedos, ilusiones e ideales) hayan de matarse entre sí en nombre de nacionalidades y banderas que protegen los intereses de los poderosos, y no los suyos propios. Una denuncia formulada desde una elementalidad un tanto simplista, pero que no por ello deja de mover a la reflexión del espectador (y bien está que así sea…).
EN SU DEBE.- 1, lo heterogéneo de un reparto en el que (exigencias de la multinacionalidad, cabe suponer) todos los protagonistas brillan a un nivel discreto, con la única excepción de los dos ‘cantores’ (obviamente, doblados por intérpretes líricos profesionales…), Diane Kruger y Benno Fürmann, sobre los que recae el máximo fulgor y lucimiento (aún así, yo me quedo con Gary Miller, mucho más creíble y solvente); y 2, la recurrencia a tópicos y situaciones excesivamente previsibles, ya sea el ineludible partido de fútbol ‘internacional’ o el intercambio de bebidas alcohólicas variadas con las que brindar y confraternizar (cabe suponer que así fue, pero, ¿era imprescindible no dejar fuera de la historia ni una sola de las opciones…?).
UNA SECUENCIA.- Los franceses cargan, a bayoneta calada, contra una trinchera alemana que les recibe con una abundante ración de fuego; llega un momento en que los cadáveres se acumulan ante el teniente Audebert, que dispara enloquecidamente su pistola desde su posición de primer avanzado, y usa estos cadáveres como parapeto. Pero, entre ellos, no todos están muertos… Un golpe de efecto tan tramposo como tremebundo.
CALIFICACIÓN: 5 / 10.-