Feliz navidad para todos. Una época especial para compartir, sin mirar a quien, solo dar sin pensar tampoco en las cosas que tenemos ya que el compartir no se fija en si tienes mucho o poco, se fija solo en la felicidad que trae cuando compartes.
Es cierto que en todas partes del mundo hay personas que en este momento no tienen una celebración como la que quizás pudiste tener tu o yo, pero, también hay muchas que sí y en una época de reflexión es tiempo de que esa gran parte pueda compartir y llevar ese calor de hogar a todas partes.
A veces no sabemos cómo comenzar a compartir, yo comienzo con sonreír. Ya de por si una sonrisa alegra y se contagia rápido. Ayer mi sobrino decía (No sabía que tenía un regalo escondido) que estaba muy alegre por poder compartir con la familia y que a pesar de que no tendría un regalo, el mejor regalo ya lo tenía que era compartir con sus abuelos, tíos, padres y hermanos. El desbordaba la alegría de una forma única como si debajo del árbol hubiera 100 regalos con su nombre.
Mi sobrino contaba los minutos para las 12 y desearnos una feliz navidad a todos, sonreía, se emocionaba al sonar de un cohete, hablaba, nos daba abrazos a todos y de alguna forma nos enseñó que quizás el no tener regalos debajo de un árbol o comida en tu mesa para la celebración, lo más importante era estar con la familia. Después se le dio el regalo que tanto esperaba y ya sabrán lo demás... pero eso es otra historia.