L'aînée Este año he empezado el colegio, y aunque los primeros meses entraba llorando, ahora me lo paso muy bien. Es cierto que han sido unos meses complicados puesto que he dejado de estar con mi hermana todo el día. Ahora sólo la veo por las tardes y el fin de semana. Estoy más horas fuera de casa, antes a las 3 y algo de la tarde ya estaba en casa, y podía jugar, leer y desordenar toda la casa, ahora, al salir a las 5, tengo poco rato para alocarme, aunque mamá siempre dice que estoy como una regadera. Y yo me río.
Me encanta cuando voy al parque. Y cuando me leen libros. Pero ahora me gusta a mi leerlos. Y contárselos a mi hermana. Que sí, que me hace rabiar a veces, porque me quita mis lápices, -y pinta el suelo-, o me quita el libro que precisamente quería yo, o la muñeca a la que no le hacía caso, pero es que es vérsela coger a ella, y me apetece jugar.
Como muy bien, y me ducho muy bien también. Ahora le estoy enseñando a Yvette a enjabonarse sola con la esponja, y a echar la cabeza hacia atrás cuando mamá nos lava el pelo. Me gusta mi hermana, porque me sigue a todas partes, y hace lo que a mi me gustaría, pero no hago por temor a lo que dirán papá y mamá.
Ahora tengo tareas que hacer todas las semanas. Y me gusta, porque estoy aprendiendo muchas cosas, además es un rato en el que estamos mamá y yo juntas, sin que nadie nos moleste. Ya sé escribir mi nombre, hasta la tilde, que dice mamá que es importante.
Tengo cuatro años, y el año que viene tendré cinco, y al otro seis. Son muchos años. Y a mi hermana le faltan dos años para tener cuatro años. Dice mamá que eso que hago son operaciones matemáticas de sumar y restar, y que lo hago genial, pero es fácil. ¿No creéis?
Soy muy inquieta, y pregunto mucho. Me gusta saber que significan algunas palabras de las canciones que me ponen en el coche, y luego explicárselas a papá. También dicen que hablo muy bien -eso lo dice mamá-, papá dice que hablo medio godo, no sé muy bien a que se refiere.
Soy aplicada y ordenada, responsable y educada. Aunque me gustan más los momentos de locura, en los que estamos todos haciendo el payaso. Somos una familia muy bien avenida.