En Alemania, la Europa más avanzada, comienza a censurarse la imagen femenina insinuante y sensual forzada por la alianza del feminismo radical y el islamismo, que influyen sobre el gobierno para que prohíba la publicidad con mujeres así.
La posibilidad de imponer la represión fue aceptada por el ministro de justicia, el socialdemócrata Heiko Maas en un caso más de sometimiento alemán a la sharia o ley islámica.
Sumisión, como significa la palabra islam, que empezó en 2012 en el Estado de Schleswig-Holstein, donde socialdemócratas y verdes gobernantes ordenaron retirar la carne de cerdo de los menús de los colegios.
Desde entonces la medida fue ampliándose por gran parte del país para responder a las exigencias del creciente número de refugiados mahometanos que llegan allí.
Lo de censurar la figura femenina es un paso más, encomiado por el feminismo, que considera que exhibir el cuerpo denigra a la mujer.
Pero retratar la belleza femenina y masculina es la base de nuestras artes clásicas, y prohibirla es un mandato del islamismo, como del yihadismo destruirla.
El ministro Maas se ampara en el razonamiento feminista, y añade que las mujeres sensuales excitan a hombres musulmanes, lo que explica aunque no justifique que atacaran a muchas durante el fin de año en ciudades como Colonia.
En España se le llamaba censura reaccionaria y represiva a la que sufría la figura de la mujer hermosa, exuberante o insinuante durante el franquismo, bajo dominación de obispos que en los primeros años del régimen prohibían incluso que se vieran las rodillas femeninas.
Sin embargo, iglesias y catedrales están plagadas de benditos desnudos desde el Renacimiento, maravillosos Miguel Angel, Leonardo, Rafael, Donatello, Botticelli…, y después, aquí, qué decir de Velázquez, Goya y tantos otros.
La alianza del feminismo que comienza a darse en España con el llamado “progresismo revolucionario musulmán” y su propaganda, denigra la belleza y alaba el descuido y lo grotesco, y oculta algo mucho más peligroso que aquellos obispos: la aplicación paulatina de la sharia, ley que donde entra expulsa a todas las demás.
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