Feminismo machista, o viceversa

Publicado el 29 mayo 2017 por Cronicasbarbaras

Dos mujeres famosas en sus países, la actriz española Paula Echevarría y la química nuclear estadounidenses Kara McCullough, sufren estos días acoso público por haber rechazado ser machistas o feministas y colocarse así como “igualistas”, “equalist”, como se definió la norteamericana.

La bellísima Paula Echevarría, de 39 años, lleva mucho tiempo triunfando en cine y televisión, y a la que los medios informativos la presentan como una excelente profesional.

Kara McCullough es negra, tiene 25 años, y es respetada y admirada por su inteligencia y además por su belleza: desde el 14 de mayo es “Miss USA 2017”. Hasta 2015 el concurso, que valoraba menos que ahora la formación intelectual de las candidatas, era propiedad de Donald Trump.

Haber conseguido el igualismo de sexo o género –que es lo que puede alcanzarse, aunque no la belleza natural de Kara—es el triunfo moral de una mujer negra y de altísimo nivel profesional.

Tras rechazar implícitamente el feminismo militante por su agresividad, Echevarría y McCullough comprobaron la veracidad de su aserto: insultos, groserías y amenazas en de las feministas y sus aliados en los medios informativos y sociales.

Es sorprendente que la palabra igualismo no exista en español, pero sí su equivalente, igualitarismo, que como dice el Diccionario de la RAE es “La tendencia política que propugna la desaparición o atenuación de las diferencias sociales”.

Pero lo mismo que machismo se interpreta como agresividad masculina, feminismo debería ser igual en la mujer; pero pocos se atreven, como Echevarría y McCollough, a plantearlo: el feminismo falsifica su verdadero significado.

Machismo y feminismo son iguales pero enfrentados, como se comprobó en la fracasada concentración de Podemos, hace una semana en la Puerta del Sol madrileña, en la que unas feministas podemitas fueron agredidos e insultadas por podemitas feministas, a los que las víctimas iniciales respondieron con similar agresividad.

Igualismo frente al machismo y a su contraparte, que es el feminismo cada día más radical. La justicia nace del igualitarismo, aunque sea políticamente incorrecto proclamarlo.

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