Fenómenos climáticos extremos: ¿estamos preparados?

Por Karlosv9

Los norteamericanos apenas empiezan a recuperarse del huracán más grande que se ha registrado en la historia del país. Las tareas de limpieza y reconstrucción del desastre que Sandy ha dejado tras de sí (según el meteorólogo Jeff Masters, Sandy ha afectado a 100 millones de norteamericanos) repercutirán seguramente en forma de impuestos en el bolsillo de muchas familias que ya de por sí están sufriendo graves carencias. En una sociedad tan carente de resiliencia como la neoyorkina (que ha perdido su habilidad para cultivar sus propios alimentos, conseguir su propia energía para calentar sus hogares y cocinar y extraer el agua que bebe) la tarea promete resultar extremadamente difícil y costosa.

15.11.2012, ladyverd.com
El huracán Sandy ha sido la tormenta más devastadora que se ha registrado en toda la historia de EEUU. Sin embargo, a pesar de su ferocidad, el número de víctimas ha sido relativamente bajo debido a la preparación que se había llevado a cabo para recibir al huracán. Gracias a las medidas de precaución y de salvamento el desastre en términos de víctimas no ha sido mayor, pero el dańo causado a las infraestructuras requerirá de mucho tiempo y dinero proveniente de los contribuidores para ser subsanado.
Huracán Sandy Cabe destacar la enorme disparidad que existe entre el caso que el gobierno estadounidense y los cuerpos de seguridad de la nación hicieron a los meteorólogos que predijeron la “tormenta perfecta” y el caso que se les hace a los científicos que desde hace ańos advierten de las catastróficas consecuencias del cambio climático. La Gran Sequía de Australia, las inundaciones de Paquistán, los incendios del sudoeste norteamericano, la terrible ola de calor de Rusia, la Tormenta Perfecta Sandy... todos estos fenómenos climáticos extremos, según advierten los científicos desde hace tiempo, son solamente un preludio de lo que está por venir.
Pero el ser humano no solamente tiene que enfrentarse a los peligros que entrańa el cambio climático que él mismo ha provocado: el declive de la energía barata; el agotamiento de los recursos naturales fundamentales para la vida, tales como el agua; la pérdida de biodiversidad y los problemas sociales y económicos que todo esto conlleva son solamente algunas de las cuestiones que no podemos posponer. Muchas personas, conscientes de que no pueden dejar la solución a los problemas en manos de políticos u organizaciones de otra índole, han decidido comenzar a trabajar en su vida, su hogar y su comunidad para construir una resiliencia más que necesaria. La resiliencia, entendida como la gestión de sistemas socioecológicos, es la capacidad que tiene un sistema para absorber un choque y reorganizarse a medida que se transforma de modo que pueda mantener las mismas funciones, estructura e identidad básicas. Pues bien, en todo el mundo existen miles de grupos de personas preocupadas por construir resiliencia mediante proyectos comunitarios, cooperativas energéticas, huertos urbanos, nuevas formas de hacer negocios y mucho más. Ahora, los artífices de Post Carbon Institute han creado la plataforma online Resilience.org, un sitio al que acceder en busca de información sobre qué hacer y cómo actuar ante los diversos retos a que se enfrenta el ser humano.
Resilience.org está dividido en cinco categorías (energía, economía, medioambiente, alimentación y agua y sociedad) en las que se publican artículos de interés e información sobre los diversos grupos en los distintos lugares del planeta. Esta información no solamente la aportan los miembros de la organización Post Carbon Institute, sino que también proviene de aportaciones de los lectores, investigadores, periodistas, especialistas y activistas que quieran participar en el proyecto. Además, la plataforma cuenta con una base de datos al servicio del usuario que desee buscar, a través de un mapa de google, los grupos activos en su comunidad.
En lugar de continuar discutiendo sobre si el cambio climático está o no provocado por el hombre, más nos valdría empezar a prepararnos para cuando lleguen sus efectos. Esta preparación incluye dos tipos de medidas: las medidas de mitigación y las de adaptación. Las medidas de mitigación incluyen aquellas dirigidas a mejorar la eficiencia energética, a implantar un sistema de transporte más limpio, a alcanzar la soberanía alimentaria y, en general, todo lo que suponga reducir nuestras emisiones de gas de efecto invernadero y, por lo tanto, nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Las medidas de adaptación suponen la preparación para unos efectos que ya son inevitables y que incluyen sequías, lluvias torrenciales, tornados, incendios y olas de calor, entre muchos otros.
La lección de Sandy está más que clara: es necesario invertir en una buena previsión del clima para poder saber con antelación lo que va a ocurrir; exigir a los representantes políticos que escuchen a los científicos y actúen en consecuencia; y, como ciudadanos responsables, trabajar conjuntamente en la construcción de comunidades más seguras y resilientes.
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Resilience.org