En este caso, para seguir la lectura, tenía dos opciones: continuar con la trama cronológicamente, es decir, con La maldición del Maestro, o coger este libro que hace de precuela centrada en Fenris, un interesante personaje secundario, y que fue publicado el último. Como es evidente, ya veis la opción por la que me he decantado y esto se ha debido a dos motivos. El primero es que, al no saber qué le pasará a Fenris o cómo evolucionará durante la serie, si dejaba su libro para el final, podría no tener motivación para leerlo entonces. El segundo es para así darle ahora una relectura al primer libro y ya continuar hasta el final con toda la tetralogía en orden cronológico. Sea como sea, creo que la opción descartable es leerlo antes del primero porque desvela algunas cosas muy importantes del mismo.
ArgumentoCuando recupera la consciencia, el elfo se presenta como Fenris, un licántropo. A su vez, el mago le dice que tiene una oferta que hacerle, un trato que les beneficiará a ambos. En el caso de Fenris, puede lograr que no le afecte la luna llena y así evitar convertirse en una bestia salvaje que ya ha asesinado a incontables víctimas, muchas inocentes para horror del elfo. Antes de darle los detalles del trato, el mago le pide que le cuente todo sobre él, desde sus orígenes hasta cómo ha llegado al momento presente, y Fenris accede sumergiéndose en sus recuerdos.
Reseña
De lo que recuerdo del primer libro de la serie, Fenris era un personaje secundario fascinante y misterioso. No me extraña que la dedicatoria inicial del libro vaya en parte dirigida al club de fans del personaje, me imagino que debían ser un buen grupo. Cuando se descubre que es un licántropo, me sorprendió porque nunca había pensado en la posibilidad de un elfo-lobo en lugar del clásico hombre-lobo. Un elfo es, a fin de cuentas, un ser de fantasía elegante y digno; un licántropo es una bestia violenta y sanguinaria. No podría haber mayor contraste entre seres de ficción unidos en un mismo personaje.
La historia que se nos narra es bastante dura. Fenris pasa por diferentes etapas en su vida y ser un licántropo le trae más dolor que alegría. El joven elfo pasa por disfrutar de la sensación de poder, por el dolor físico de la transformación completa, por el miedo a dañar a los que ama, por el sufrimiento al saber que ha arrebatado vidas inocentes... ¿Hay alguna forma de librarse de esa maldición? ¿Debe aceptarse como lo que realmente es ignorando su conciencia y ética? ¿Debe luchar contra la bestia o puede coexistir con ella? Le veremos crecer y cambiar su forma de pensar en función de aquellos con quienes se cruce.
Escrito en 2004, se nota que fue el último de la saga al compararlo con el primero, del año 2000, y esos pocos años desde que se publicó aquél se notan en una mayor profundización y desarrollo de los personajes así como una mayor cantidad de escenarios, aunque no tengan descripciones muy elaboradas.
En definitiva, lectura ligera y muy entretenida. Un relato de sufrimiento, maduración y aceptación de lo que uno es, de aprender a seguir adelante a pesar del dolor. Está lejos de ser redondo, pero mejora lo visto en el primero de la tetralogía.