Paso por El Comercio, veo si todavía quedan los libros de MVLL en tapa dura que salieron hace tiempo. No hay ni uno. “Desde que ganó el Nobel están agotadazos” me dice el vendedor. Pero encuentro el número de Thor que me faltaba y que era inubicable (el nº 8) y con eso es suficiente para olvidar el resto.
Océano: todo con 35% de descuento. Sí, todo. Tienen buena parte del catálogo de Anagrama: Truman Capote, Bolaño (aunque no encontré 2666), Auster, nombres raros. Pensé agenciarme algo del catalán, pero me contuve, quizás salgan más barato a futuro. Compré, eso sí, el último ejemplar que quedaba de Historia Argentina de Rodrigo Fresán a precio (espero) insuperable. De este autor también vendían Mantra y Esperanto, pero en el stand de Ibero. Doy medio vuelta olímpica y paso por varios stands de todo tipo.
Me doy otra vuelta y veo al editor de Estruendomudo acompañado de Beto Ortiz (no de la mano) caminando raudos hacia la presentación de un libro. Quería entrar a ver que ofertas tenían (me afanan Las Teorías Salvajes de Pola Oloixarac y Pájaros en la boca de Samanta Schweblin, debo admitir que más que nada por el físico de las autoras, pero aún no estoy seguro), pero cuando me dirigía hacia allí, noté que mi agradable compañía se dirigía hacia otro stand, creo que era Norma. De ahí seguimos avanzando hacia los puestos con precios más baratos (Riguse, Transandina) y compré un ejemplar de El Corán, pues desde que leí Las mil y una noches o El hombre que calculaba me interesó el mundo árabe.
Sin embargo, decido reivindicarme. Regreso a Santillana y me compro Las pequeñas memorias de Saramago y Un milagro informal de Fernando Iwasaki. Al costado del stand, se encuentra el auditorio donde están presentando el libro del ¿exnovio? de Jaime Bayly. Los parlantes suenan fuerte y se escuchan las preguntas al autor de Morir maquillado. Alguien del público le interroga: "¿Cuándo fue tu primera experiencia sexual?". Y la multitud estalla en carcajadas, aunque algunos de los que están comprando libros muestran su desazón, yo no tanto, pues –no sé por qué- se me viene a la mente la vez que vino Vila Matas y le preguntaron cuál era su signo zodiacal. O cuando a Vargas Llosa, luego de ganar el Nobel, un periodista –creo que fue el escritor Enrique Planas- le preguntó dónde consiguió el frac que usó. Así que calladitos nomás.
Mientras estaba en estas reflexiones, mi acompañante ya se había comprado Cuentos completos de Scott Fitzgerald e Historia de cronopios y famas. Y hablando de famas, se quedó con las ganas de ver a los famosillos, así que fuimos hasta el auditorio. No obstante no llegó a cumplir su cometido, interrumpida por una nube de fotógrafos y periodistas. Me pregunto si pasará lo mismo cuando el Presidente de Ecuador, Rafael Correa venga a presentar su libro con Caballo Loco de presentador.
9:05 Salimos contentos con nuestras adquisiciones "¿Vamos a tomar algo?". Claro, respondo, todavía no ha terminado el partido.