Todo lo bello es frágil: los trenes
cuando olían, la escarcha en los rizaos, la boca
de los niños aún sin término, el tacto
del silencio en los camposantos a la orilla
del mar, la redondes si es fruto, el ruiseñor,
su rama. Acaso la memoria. Todo lo verdadero
es frágil. Y es inútil.
Oído en la pescadería, haciendocola: mira por dónde he lloradoa gusto, porque aunque se pincharahas de saber que el mío por lo menosno vivió de la estafa y del abuso.
Fermín Herrero en El tiempo de los usureros (Ediciones Hiperión, 2003).