“Lo que le está sucediendo a Willy Toledo es una de las mayores injusticias. En qué cabeza cabe que se condene a alguien a no poder trabajar por el simple hecho de utilizar su libertad de expresión. Le han condenado, la muerte artística de Willy Toledo está firmada. Creo que esto es una radiografía muy clara de cómo se cuida la cultura en un país. En Francia, en ningún momento permitirían algo así. Para ellos los actores son un bien cultural, su patrimonio. Aquí, sin embargo, la derecha —¿o deberíamos decir la ultraderecha?—, esa derecha que se dice de centro, de centro comercial como diría Evaristo, tiene un odio visceral especialmente con el cine.
“Todo por cagarse en dios y en la virgen…”, apostilla Losa. “Esa es la excusa, es lo más demencial de todo… —completa Muguruza—. ¿De dónde habrá salido ese grupo fundamentalista de cristianos de no sé qué? Parece kafkiano, sería muy difícil de comprender si no fuera porque se quiere dar una lección, siempre ha funcionado así; eligen a uno, en su día fui yo el elegido, de tal forma que sirve de aviso a navegantes para los que puedan venir”.