Artista: Fernando Kabusacki
Álbum: Luck
Año: 2011
Género: Art Rock
Duración: 75:37
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Argentina
El encasillamiento, en las personas, implica una clasificación realizada con criterios simplistas y hasta inflexibles. Podemos agregar, además, de manera arbitraria; y, en la mayoría de los casos, representa una limitación, dando a entender que el encasillado queda imposibilitado de realizar otra faena o tarea que exceda ese espacio virtual.
Algunos seres humanos no ven de mala manera que se los encasille; al menos implica que son útiles para algo (sea esto bueno o malo). Aunque a veces sería preferible la nada, no sé si me explico…
A veces el encasillamiento resulta, digamos, necesario para que mentes poco agudas (iba a poner “obtusas” pero me pareció un término “grave”) puedan discernir que determinada persona se dedica (en forma vaga) a determinada cosa. Pero no deja de ser un simplismo decir que, por ejemplo, un pintor es “surrealista”. Ayuda, por supuesto, cuando uno está pasado de copas e intenta explicarle a un neófito quién era Salvador Dalí. Pero usted y yo sabemos (¿sabemos?) que dicha afirmación es insuficiente, injusta y, válgame Alá, blasfema.
Por ello es que cuando de un artista decimos que “no se lo puede encasillar”, estamos elogiándolo tácitamente; automáticamente lo relacionamos con la libertad, la rebeldía, el desparpajo, la unicidad. Ergo, un músico no encasillable es único en su especie. Y permítame que entonces incluya al guitarrista, compositor, productor y arreglador Fernando Kabusacki en el (y disculpe el contrasentido) casillero de los “únicos”.
Que puede tomarse de distintas maneras. Puede darse el teórico hecho de que Fernando Kabusacki se dedique solamente a una cosa, diferente a lo existente y eso lo distinga. Pero también está la posibilidad de que se dedique a tantas cosas que imposibilite, justamente, el encasillamiento.
Y no me diga que lo estoy mareando, que me saca de las casillas.
Fernando Kabusacki es un músico talentoso, curioso, inquieto, perseverante, estudioso, paciente, sensible, creativo y, para ir abreviando, necesario. Su foja de servicios impresiona, su versatilidad asombra y parecería tener una premisa surgida desde su inconsciente: desconcertar.
Y lo logra, con todo éxito.
Porque es el mismo Kabusacki quien funda el trío de guitarras acústicas Los Gauchos Alemanes (que luego mutaría a Electric Gauchos), que forma parte de The League of Crafty Guitarists, Vértigo Colectivo, Imán, Congreso World Templation o National Film Chamber Orchestra, que hizo de las suyas con Santiago Vázquez, Charly García, Hermeto Pascoal, Fernando Samalea, Axel Krygier, Liliana Herrero, Roxana Amed, Martín Iannaconne, Mono Fontana, Juan Ravioli, Christian Basso y Sergio Bulgakov (entre muchos otros), que es respetadísimo en Japón, a tal punto de ser requerido por varios de los músicos más importantes de la actual escena creativa oriental -no uruguaya- como Yamatsuka Eye, Yoshimi P-We, Seiichi Yamamoto, Yuji Katsui, Rovo, Yasuhiro Yoshigaki, Yae, Miho Hatori, Yuji Oniki, Uchihashi Kazuhisa y siguen las firmas; y que maneja su carrera sin grandilocuencias ni ostentaciones, con algo que de alguna manera (u otra) podríamos definir como “perfil bajo”.
No es difícil colegir entonces que, en la previa, cada disco asoma como una interesante incógnita. Su nuevo CD, Luck, contiene nada menos (ni nada más) que 28 (veintiocho) composiciones originales del guitarrista; difícil de rotular, difícil de categorizar, difícil de (disculpe usted) encasillar. Pero fácilmente disfrutable. Porque en esta suerte de “road-record” que ofrenda Kabusacki, hay subidas y bajadas, virajes a derecha e izquierda, aceleraciones y desaceleraciones. Hay imprevistos, por supuesto. Y sorpresas. Pero no banquinazos innecesarios ni baches desestabilizadores.
Kabusacki opta por un viaje sonoro balanceado, placentero, sutil; pero no complaciente y sí con algunos visos de incomodidad auditiva para los desprevenidos. Pero más que plantear(se/le/nos) a Luck como un álbum de 28 temas, parece más atinado referirse al mismo como a una experiencia sonora de aproximadamente 75 minutos. La travesía, comandada por sus guitarras eléctricas, sintetizadas y una denominada virtual (una suerte de guitarra transformada en otras guitarras, mire usted) es fascinante, oscilante, atractivo, intrigante. Luck nos pasea por la música minimalista, el rock, la electrónica, el noise, el pop, el soul, la música clásica, contemporánea, el jazz, el folk, el western, esa suerte de “neo Sketches of Spain” que es Toledo… con referencias de infinitas extracciones que remiten a un mundo singular: al mundo Kabusacki.
Luck ofrece tantas aristas que, gracias a un extraordinario trabajo de producción, confluyen en un entramado donde no interesa que los aportes de sus compañeros de ruta se manifiesten de manera clara. Todo parece estar (y está) en función de un proyecto global, abarcativo, con instrumentos y voces en los momentos adecuados y, generalmente, en las dosis justas.
Kabusacki no se ha tentado y no ha incurrido en el error de la grandilocuencia. Se permite el uso de los silencios, del espacio, oxigena una obra que fue concebida y merece ser escuchada de principio a fin (y si es con auriculares, mucho mejor), con momentos lúdicos (Rosario misteriosa), un breve solo de piano (Piano), destellos naif que remiten a la niñez (La niña del día, Capullito azul, El espíritu de la alegría), aires de hit single (Suerte!, The Saints in Heaven), étnicos (The heat), de intensa reflexión (People of the World, El pibe, Tema de amor), un extraño “jazz ciudadano parisino” (La provincia invisible), un pseudo calypso (In my heart, forever), un falso bolero cubano –cantado en castellano e italiano- (No me digas que me quieres) y, a pesar de lo que el propio Kabusacki pueda pensar al respecto, varios pasajes experimentales. De los buenos.
Fernando Kabusacki demuestra una vez más en Luck que a la suerte hay que ayudarla; que se ha rodeado de músicos que han sabido aportar lo necesario a la causa; que la inspiración (para nada escasa) siempre parece encontrarlo trabajando.
Y concretó un álbum de magnífica factura no atribuible a la fortuna.
Aunque puede sentirse realmente afortunado.
Y nosotros, al escucharlo, también.
Marcelo Morales
En una entrevista en ECDL, Fernando Kabusacki nos contó que “Luck es el disco con el que, realmente, terminé más conforme de mi carrera”. Ya desde el momento en que el mismísimo Vernon Reid (guitarrista de Living Colour) calificó a Kabusacki de ser “un guitarrista impresionantemente original y poderoso, cuyo mayor valor es su humanidad y claridad de visión”, debe ser tenido en la alta consideración no solo de músicos y periodistas –en cuyos ámbitos goza de un merecidísimo respeto- sino también del público. ECDL ya había cubierto un concierto excelente que brindó Kabusacki en Virasoro Bar, su segundo hogar “musical”.
Su obra, riquísima, encarnada en “Luck”, presenta todas las aristas que se le puede pedir a un músico: excelente interpretación, invitados de primer nivel, un sonido propio y particular asi como una producción y arreglos de excelencia. El disco consta de veintiocho canciones las cuales son un caleidoscopio de sonidos puestos al servicio de momentos determinados. Asi como un diario de ruta, “Luck” va escribiendo hojas en las cuales convivirán diversos ritmos pero nunca en el formato previamente establecido por cada género sino con una vuelta de tuerca al respecto. La posibilidad de un músico que vaya cambiando de sacos, con versatilidad, buen gusto y sin que nada sea forzado, es uno de los puntos más destacables de un disco excelente. Se podrán escuchar temas para bailar como “Suerte” para después sumergirnos en un viaje sónico como “Toledo”, ciudad española que le debe mucho a la cultura árabe.Pasar de una pieza 100% urbana como “It’s only light” a loops que van y vienen bajo el nombre de “El espíritu de la alegría”, mientras las voces y el acordeón dibujan diversas melodías. Una baguala electrónica (“Halconcito pichón”) convive con un blues (“Lady’s gone”) y un chamamé del siglo XXI (“El Burrito”) se entremezcla con un crooner (“In my heart forever”). "Angel of light" es un excelente ejemplo de todo lo antedicho. La guitarra juega con los teclados y las voces nos llevan de viaja a diversas atmósferas.
El disco es 100% coherente en su propuesta y su dirección. No es un pastiche de sonidos sino una caja musical riquísima, que pondría celosa a la mismísima Pandora. El armado del rompecabezas sonoro en formato canción, es admirable. A muchos les podrá sonar cinematográfico, a otros, pinceladas melódicas y habrá muchas más visiones que serán correctas. Porque al ser Kabusacki un músico inquieto y audaz, la metamorfosis constante es como los cambios de piel que permiten el crecimiento de un artista. Kabusacki muta, se transforma y crece, al tiempo que regala estas gemas en formato de CD. Cada nota tiene su razón de ser al igual que cada silencio, porque la música se conforma de sonidos y silencios. Kabusacki lo entendió perfectamente y como capitán de este viaje musical, sabe de sus pausas y ritmos, sin caer en el vértigo de la velocidad desenfrenada o el ego de mostrar sus habilidades como intérprete de las seis cuerdas. La sutileza es otra de las grandes aliadas de Kabusacki asi como su buen gusto para llevar al oyente por el rock, la música contemporánea, la electrónica o el pop sin darse cuenta.
Entre los invitados que tuvo para este disco, que es un verdadero seleccionado de músicos, se destacan Fernando Samalea (de quien pronto también tendremos novedades), Santiago Vázquez, Alejandro Franov, Paula Schocron, Maria Eva Albistur, Alejandro Oliva, Gabriel Spiller, Mariana Pereiro y Maia Mónaco (estos cuatro, integrantes de El Diablo en la Boca, de quien hemos comentado ya sus presentaciones), Bárbara Togander y Rosario Ortega, entre otros.
La belleza en la concepción y realización de este disco permite el regocijo de aquél que tenga la buena fortuna de escucharlo. O, en todo caso, que vaya a ver un concierto de Kabusacki para poder apreciar que la buena música no necesita de grandes estadios ni parafernalias hollywoodense sino una interpretación que sabiamente combine talento, conocimiento y buenas melodías. El ser buen músico nunca va a pasar de moda y Fernando Kabusacki es uno de ellos.
Daniel Gaguine
Pueden escucharlo desde su espacio en Bandcamp:
https://kabusacki.bandcamp.com/album/luck
Lista de Temas:
1 El Capitan
2 The V-Bass
3 Piano
4 Suerte!
5 The monks
6 La niña del día
7 Toledo
8 It's only light
9 Rosario misteriosa
10 Capullito azul
11 The Saints in Heaven
12 The heat
13 People of the world
14 Tumbleweeds I
15 El espíritu de la alegría
16 El pibe
17 El molinero
18 La provincia invisible
19 Tema de amor
20 Angel of light
21 Como el agua clara
22 In my heart, forever
23 El burrito
24 No me digas que me quieres...
25 Tumbleweeds II
26 Lady's gone
27 Halconcito pichon
28 Mi árbol de lilas
Alineación:
- Fernando Kabusacki / guitarra eléctrica, virtual, sintetizada
Músicos invitados:
Fernando Samalea, Santiago Vázquez, Javier Martínez, Gabriel Spiller, Alejandro Oliva / Batería y percusión
Miguel Bossi, Marcos Rocco / bajo
Paula Shocron / piano, Rhodes
Matías Mango / teclados
Alejandro Franov / teclados, acordeón
Mussa Phelps / bandejas, samples, sintetizador
Maxi Trusso, Bárbara Togander, Victoria Zotalis, María Eva Albistur, Rosario Ortega, Mariana Pereiro, Maia Mónaco, Uma Kabusacki / voces