Fernando Llorente, del cero al infinito

Publicado el 29 diciembre 2013 por G_artetxe @g_artetxe
El fútbol, a menudo, es injusto y carece de memoria. Son muchos los deportistas que de la noche a la mañana han pasado de héroes a villanos. El caso del ex delantero del Athletic de Bilbao es, cuando menos, sorprendente.
El año 2013 seguro que quedará grabado en la memoria de Fernando Llorente. Su decisión de no renovar con el conjunto bilbaino provocó que pasase de titular indiscutible al ostracismo más absoluto. Por suerte para él ha sido capaz de revertir la situación y tras un periodo de adaptación a la Serie A se ha afianzado en la Juventus de Turín y vuelve a tener opciones de acudir al Mundial de Brasil.
El de Andosilla tomó la decisión de que su ciclo con los leones había finalizado. Guste o no el fútbol actual está montado de esta manera. Cuando un futbolista quiere abandonar un club, al dirigente de turno sólo le queda la opción de tratar de sacar tajada económica o de dejar al futbolista una campaña entera en el banquillo o en la grada. Lo normal es que se negocie una salida y se consiga algún beneficio económico, pero no, en Bilbao “somos diferentes”...
Bueno, la historia es de sobra conocida por todos. Llorente llegó a la Vecchia Signora y más de uno, periodistas y aficionados, se alegró de que el futuro del ex león pareciese negro al comienzo de la temporada. El internacional no jugaba con el equipo de Antonio Conte y parecía en desventaja respecto a Carlos Tévez, Mirko Vucinic o Fabio Quagliarella, pero su técnico sabía que debía tener paciencia. Un año sin jugar es difícil de recuperar.
Las lesiones y la sabiduría del ex entrenador del Bari hicieron el resto. Hoy Fernando Llorente es titular en la Juventus, donde forma una pareja muy bien avenida con el Apache Tévez. El argentino se entiende a la perfección con el Campeón del Mundo y este le genera unos espacios vitales para ver la mejor versión del ex delantero del Manchester City.
En la fría Turín parece haber encontrado de nuevo su fútbol y sus goles, importantes, vuelven a hacerle sonreír. La mejoría de su fútbol puede llevarle, de nuevo, a disputar el Mundial... aunque le pese a más de uno.
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